Los pilotos no nos cansamos

Por José Suarez

En alguna ocasión, mientras estaba formado en la fila de migración del aeropuerto de Guadalajara, se me acercó una pasajera de mi vuelo nocturno desde Chicago y me preguntó “¿Por qué se ve cansado, si ustedes (los pilotos) ‘nomas’ vienen sentados?”, lamentablemente he escuchado lo mismo una y otra vez; vamos, me lo han dicho hasta en mi casa cuando no tengo ganas ni de ir al cine.

¿Parece un trabajo sencillo? Más bien me gusta que lo hacemos parecer sencillo. ¿Les ha pasado que van al circo y los acróbatas hacen sus piruetas con tanta naturalidad que parece fácil? Lo mismo podría pasar casi con cualquier profesión, un profesional lo hace parecer así de sencillo. Yo no me pondría en manos de un médico que aparente estar cansado o nervioso antes de entrar al quirófano.

¿Pero por qué nos cansamos? De acuerdo a un estudio realizado por la Dra. Carla Aguirre para la Universidad de Salamanca, los pilotos aviadores ejercen la tercera profesión más estresante que existe, ¿pero si solo vamos sentados? ¡Sí! Mientras vamos sentados (cómo seguramente usted en este momento) los pilotos deben ir tomando decisiones, deben ir mentalmente adelante del avión, deben lidiar con las cada vez más cambiantes y desafiantes condiciones meteorológicas, con el tráfico aéreo y todo ello con la responsabilidad de llevar decenas de vidas humanas.

Imaginen estar 6,8, 10 o 18 horas en un ambiente pequeño y cerrado, con ruido, vibración, temperatura cambiante, diferentes compañeros y jefes, radiación solar, constantes cambios de presión, un baño muy pequeño, sin comer adecuadamente y sin la posibilidad de distraerte 2 minutos con algún meme que te enviaron por WhatsApp como todo buen millennial.

Pero una vez más, no me malentiendan, sin temor a equivocarme podría decir que todos los pilotos amamos nuestro trabajo. La mayoría no se imagina todo el día en el cubículo de una oficina; volar está en nuestra sangre y conozco a tantos pilotos profesionales que admiro y de los cuales todos los días busco aprender; mi objetivo es explicarles ¿por qué nos cansamos aún amando nuestro trabajo?

¿Y cómo podría pensar la sociedad que estamos cansados? Después de ver las redes sociales de muchos compañeros pilotos me vuelven a dar ganas de ser piloto. He encontrado tanta gente en mi vida que me ha manifestado su inquietud de convertirse en piloto por lo que creen que es al ver estos perfiles en línea. Pero lo que no todos han pensado es que para tomar esa foto de “La vista desde mi oficina” mientras el Sol se oculta bajo una estratocúmulos causando diversas tonalidades de rojo en el horizonte, ese piloto se levantó temprano o quizá ni siquiera durmió; estudió sin parar y sacrificó muchas cosas, concurso entre cientos de aspirantes en una aerolínea y seguro se ha sentido cansado más de una vez. No pensemos que por lo que vemos en Internet la vida de las tripulaciones es solo viajes y paisajes. Hace unos días llegué a Nueva York y lo último que pasó por mi cabeza fue salir a ver la Estatua de la Libertad.

Hay muchos países en donde se vuelan más de 90 horas al mes y creo que eso no nos debe de alarmar siempre y cuando haya un control óptimo de la fatiga de los tripulantes de vuelo. Es decir, que se regule el número de operaciones nocturnas y las combinaciones con vuelos muy temprano que alteran el estado del sueño, todo esto para poder garantizar el estado óptimo de los tripulantes. Los países más avanzados en materia de aviación tienen pilotos que vuelan más pero también que descansan más.

Podríamos también pensar que volar 90 horas es poco, por una simple división diríamos que es lo que cualquier persona trabaja en 11 días durante 8 horas diarias; pero la realidad es que si un piloto llega al aeropuerto a las 5 de la mañana para hacer un vuelo México-Monterrey-México-Tampico-México y termina a las 3 de la tarde solo volará 5 horas aproximadamente en estos 4 segmentos, el resto del tiempo lo pasará preparando cabina o cambiándose de un avión a otro.

De acuerdo a Flight Safety Foundation la mayor parte de los accidentes de aviación hoy en día son culpa del factor humano, es inconcebible que grandes profesionales con miles de horas de vuelo como experiencia aun hoy en día puedan cometer errores. ¿Recuerdan el accidente del vuelo FlyDubai 981? Estos pilotos llevaban una jornada bastante larga de vuelo y cuando se dijo que la probable causa del accidente era la fatiga de la tripulación, se hizo lo posible para que todo quedara como un “error humano”.

FlyDubai 981 nos enseñó la importancia del estado de la tripulación y afortunadamente en la gran mayoría de los casos es el estado físico y mental y el adiestramiento de la tripulación la que ha salvado más de una operación aérea.

Creo que es posible encontrar un equilibrio entre la seguridad en la aviación y la rentabilidad de las empresas, son estas últimas las que finalmente prestan el servicio a millones de pasajeros y que emplean a otros miles de tripulantes. Solo es cuestión de reconocer que un tripulante en buen estado y que se siente una parte importante del éxito de su compañía aérea es la mejor inversión para la seguridad financiera de la empresa y de los pasajeros.

¿Cuánto le cuesta un accidente a una empresa?