Por Benjamín Franco Mariscal
La primera entrada del diario de ruta corresponde a la Ciudad de México. No se hablará de las aventuras en el destino, se hablará de cómo se llegó, qué se vio, que se admiró a la distancia. Porque primero se hace una apertura, como una rajada en la vida de los seres humanos, ante nosotros se abre el camino, luego la aventura.
Ciudad de México a las cinco de la mañana fue un espectáculo desde el aire. Como un águila sobrevolamos sus valles y montañas, raspando silenciosamente las nubes que nacen en los picos de los volcanes que resguardan la ciudad, y que con recelo observan cómo una de las ciudades más grandes del mundo duerme en calma. El camino se abre temprano, tempranito, con el sol apenas levantando vuelo detrás de las montañas. La naturaleza nos regaló el cielo despejado, azul, sin bruma, sin calor… La atmósfera era estable y los controladores aéreos otorgaron “directos” sin discriminar origen, tamaño de avión o aerolínea. La frecuencia estaba en calma, fue notorio cuando nos anunciaron que somos número uno en secuencia y remataron diciendo “mantenga velocidad a discreción”.
Si se entra por el sur sobrevuelas los volcanes, el Popocatepetl y el Iztlazihuatl, Xochimilco y sus canales muestran sus aguas en calma, quizás uno o dos botes en el embarcadero Virgilio Uribe ya entrenan con esmero. Después Tlalpan, el Estadio Azteca, Rectoría en la Universidad Nacional Autónoma de México, Insurgentes y finalmente el AICM. Si se entra por el norte se atraviesa el Estado de México, Santa Fe, el Bosque de Chapultepec, a la distancia Paseo de la Reforma y si tienes suerte, Palacio Nacional. En ambos casos se realiza un tour aéreo de la ciudad, lleno de historia, porque cada rincón nombrado o no en este escrito es parte, nada es ajeno. Todo se ve conectado por las farolas iluminadas que acompañan a los caminos de la ciudad. Su caos duerme, la aventura aguarda en cada rincón, pero es a la distancia cuando nos damos cuenta que la Ciudad de México es una desde el aire.
Pistas veintitrés es otra historia, otro camino, llegar en la tarde es otra perspectiva y otra experiencia digna de contar en otra entrada del diario de ruta.
¿Cuál y cómo fue su camino para llegar a pistas 05R/L del AICM?
Benjamín Franco Mariscal
Primer oficial en equipos Boeing 737 NG/MAX. Egresado de la facultad de arte de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, con especialidad en cine y literatura inglesa. Autor del libro: Todas menos Sofía.