Por: Maria Fernanda Diaz Covarrubias
La profesión de piloto aviador, como tal, está posicionada como una de las profesiones más estresantes del mundo.
Además del estrés de volar un avión en fases críticas de alto riesgo y el estrés de los adiestramientos, existen otros factores de la vida cotidiana como no dormir bien por los cambios de horario y jet-lag, los vuelos nocturnos que desfasan los ciclos de sueño, no comer a horarios estables o saltarse comidas, no poder hacer ejercicio, fatiga, deshidratación, no tener una alimentación balanceada, preocupaciones financieras, eventos traumáticos, problemas familiares, el consumo de alcohol, etc. Que aumentan la posibilidad de tener episodios de ansiedad y/o depresión.
Desafortunadamente, hoy en día sigue habiendo cierto estigma o desaprobación a tener alguna enfermedad mental temporal y en la aviación aún más. El compartir emociones, problemas o ser vulnerable se puede ver por algunas personas como debilidad en vez de fortaleza. Afortunadamente, se van rompiendo los tabúes alrededor de la salud mental y se visibilizan y contrarrestan, haciendo que en vez de que las personas tengan que esconderlo y vivir sufriendo con ello, lo traten. Estadísticamente, una de cada seis personas ha pasado por algún episodio de depresión leve a moderada, comúnmente sin darse cuenta o nombrarlo como tal.
Algunos síntomas de ansiedad y depresión son:
- Sentirse triste o ansioso con frecuencia o todo el tiempo.
- No querer realizar actividades que antes eran divertidas.
- Sentirse irritable, frustrado con facilidad o intranquilo.
- Tener dificultad para dormirse o seguir durmiendo.
- Levantarse muy temprano o dormir demasiado.
Algunas de las maneras comúnmente usadas para lidiar con estrés y “relajarse” es el alcohol y el tabaco, sin embargo, se puede caer en alcoholismo o tabaquismo donde se genera otro problema de dependencia. Considerándose una manera no sana de sobrellevar el estrés. Al igual que comer demasiadas grasas y comida chatarra.
Como aviadores, en la mayoría de los países, el tomar medicamentos psiquiátricos está prohibido. Y en otros, el buscar ayuda psicológica para tratar la depresión y ansiedad puede hacer que se le penalice al piloto y no pueda volar mientras se recupera. Esto no debe de asustarnos, al contrario, debemos tomarlo como medida preventiva a tomar en cuenta y buscar ayuda.
¿Cómo podemos lidiar con este estrés sanamente y no llegar a tener un problema de salud mental?
Es mejor dar mantenimiento a algo, que esperar a que se descomponga y después arreglarlo. Esto quiere decir que se pueden tomar acciones diarias, semanales y mensuales para mantener la mente sana en el largo plazo.
La primera acción es ir con un psicólogo certificado. En generaciones pasadas, se tenía la idea que ir al psicólogo era solo para los que estaban locos y había un estigma alrededor. Hoy es una herramienta para mantener una salud mental buena. Antes de que se presenten síntomas de ansiedad, depresión o alguna otra enfermedad mental, se puede buscar ayuda psicológica para sobrellevar el estrés y también trabajar algunos traumas o dificultades familiares, divorcios, etc. Con el avance tecnológico, ahora se pueden tomar sesiones psicológicas en línea, haciendo mucho más fácil tener una continuidad en las sesiones.
Otra acción es la actividad física, esta es importante para mantener al cuerpo activo y tener una mejor salud física, pero también es una gran herramienta para producir endorfinas y para sacar tensiones y emociones de manera sana.
Algunos deportes como el boxeo o artes marciales mixtas pueden ayudar a sacar tensión. Otros deportes como correr o natación pueden ayudar a despejar la mente. Los deportes en equipo ayudan a socializar y crear un sentido de pertenencia y comunidad. Aunque en las pernoctas no se pueden hacer todos los deportes, ir al gimnasio a hacer una rutina de fuerza, o caminar 20-30 minutos ayuda de igual manera a despejar la mente.
De la mano de una alimentación balanceada, dará grandes beneficios a la mente. Sabemos que el estar volando constantemente dificulta el poder comer a horarios establecidos, a veces la opción fácil o rápida es comer comida de aeropuerto que puede ser alta en grasas. Sin embargo, existen alternativas más sanas que probablemente requieran un poco más de esfuerzo de parte del piloto, tales como preparar la comida y llevarla en una lonchera y buscar alternativas sanas en los aeropuertos.
Por último, existen varias técnicas de relajación como leer, meditación, una tina con sales, escuchar música, yoga, técnicas de respiración, journaling o algún hobby particular que se tenga. Se pueden realizar meditaciones guiadas de youtube o spotify, aprender meditación trascendental o simplemente hacer ejercicios de respiración que beneficiaran enormemente al piloto. Otra acción con mayor movimiento puede ser practicar yoga, bailar, o algún hobby activo. También, se puede tener un cuaderno para escribir ideas y pensamientos a manera de desahogo, planeación, aclarar o ver otra perspectiva de algún problema.
Por supuesto se entiende que en algunas aerolíneas o empresas es difícil hacer estas acciones cuando se tiene un periodo de descanso de 12 horas donde se debe de dormir 8 horas y restan 4 horas o menos para comer, hacer ejercicio, relajarse y prepararse para el siguiente vuelo.
Aquí aplicamos en incrementalismo, donde pequeñas acciones a lo largo de la semana se suman. Es mejor hacer una pequeña acción y sumarla a otra, a no hacer ninguna.
Cambiar de hábitos e implementar disciplina para mantener dichos hábitos es vital para poder llevar una vida sana. Así como hacer ejercicio es invertir en la salud física, tomar medidas como las antes mencionadas es invertir en el largo plazo para la salud mental. Ya sea que estén empezando en la aviación o ya tengan años de experiencia, los pilotos pueden tomar acciones para tener y mantener una buena salud mental.
En México, para los miembros de ASPA y el Colegio de pilotos hay ayuda psicológica privada y confidencial para cuidar la salud mental. Si usted cree que tiene ansiedad, depresión, o alguna otra enfermedad mental por favor pida ayuda a profesionales de la salud. Y recuerda, no estás solo.
