El 28 de septiembre, los pasajeros del vuelo SQ33 pasaron un mal momento tras enterarse de la posibilidad de que hubiera una bomba a bordo. La aeronave involucrada fue un Airbus A350, propiedad de Singapore Airlines, la cual se encontraba cubriendo la ruta San Francisco – Singapur.
Todo empezó cuando uno de los pasajeros mencionó que llevaba una bomba en su equipaje de mano, esto provocó que los protocolos de seguridad se activarán y por consiguiente dos aviones militares F-16 de la Fuerza Aérea de Singapur se vieron en la necesidad de escoltar a la aeronave involucrada.
La tripulación realizó todas las medidas necesarias para poder contener al agresor, mientras que por su parte los pilotos reportaron la situación al control de tránsito aéreo, en conjunto se tomó la decisión de que la mejor opción sería aterrizar en el aeropuerto de destino.
“Esta mañana, un grupo de personal de RSAF, compuesto por regulares, NSmen y NSF, se activó con poca antelación en respuesta a una supuesta amenaza de bomba a bordo de un vuelo SQ33 de Singapore Airlines. El equipo RSAF respondió de manera rápida y decisiva para garantizar que nuestros cielos estén protegidos, siempre”, dijo RSAF en una publicación de Twitter.
El avión aterrizó de forma segura después de aproximadamente 16 horas y 25 minutos, aterrizando en el Aeropuerto Internacional Changi alrededor de las 5:50 a. m. hora local, según Channel NewsAsia.
Posterior al aterrizaje de la aeronave procedente de San Francisco, las autoridades locales, al igual que la propia aerolínea, hicieron el señalamiento de que se trato de una “falsa alarma de bomba” pues no pudo localizarse ningún artefacto explosivo.
