Por Humberto Lagunes
No todos los días se inaugura un aeropuerto, ni mucho menos en las condiciones actuales por las que atraviesa la industria de la aviación a nivel mundial. En este contexto se inauguró el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) el pasado lunes 21 de marzo, acompañado de una gran polarización y división entre quienes apoyan y critican al proyecto.
En este artículo de opinión, te compartiré mi experiencia y mi opinión sobre esta nueva opción.
¿Por qué un nuevo aeropuerto?
No es secreto para nadie que el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) está saturado desde hace ya tiempo. Ante esta realidad, las últimas administraciones han buscado diferentes soluciones, como la Terminal 2 inaugurada durante el sexenio de Felipe Calderón y el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) por la administración de Enrique Peña Nieto. Sin embargo, la actual administración le apostó a un sistema integral aeroportuario conformado por el actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez, el Aeropuerto Internacional de Toluca, y el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, cancelando así el aeropuerto en Texcoco.
No voy a entrar en detalle de cuál era la mejor opción, pero quería iniciar con esto porque, sin importar si nos hubiera gustado más el NAIM o no, a todos nos conviene que el AIFA funcione. No hay que olvidar su objetivo, y si no funciona nos afecta a todos los mexicanos.
Una vez dicho esto, quisiera iniciar con mi crónica del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
El lunes me levanté temprano para dirigirme a la nueva terminal. Debido al poco tráfico por ser día festivo, hice 2 horas exactas desde el Aeropuerto de Toluca. En el camino, la señalización era buena. Al tomar la desviación, tuve que manejar aún 11 km hasta el edificio terminal. Al entrar, pude observar una terminal grande, y los mostradores de Viva Aerobus, Volaris y Aeroméxico listos para recibir a los pasajeros de los vuelos inaugurales.
Poco a poco iba llegando más gente, aunque era evidente que pocos tomarían un vuelo y que la mayoría asistieron sólo para apoyar al presidente. Increíblemente, la atención se la llevaban los baños, y no dejaba de pensar; ¿Por qué mejor no mostrar nuestro patrimonio cultural en las instalaciones en general y no únicamente en los baños?
A un lado de los mostradores había un pequeño museo conmemorativo al general Felipe Ángeles donde hablaba de su vida y su papel en la revolución mexicana.
Rápidamente pasé por el área de seguridad hacia la terminal donde tomaría mi vuelo en un par de horas. Las áreas eran amplías, se contaba con tecnología de punta, como era de esperarse en un aeropuerto internacional.
La terminal
Conforme avanzaba por las diferentes puertas de embarque era evidente que aún faltaban muchos locales por abrir, aunque el mobiliario estaba listo y todo se mantenía limpio y muy espacioso. Era evidente que el diseño no era tan ordinario, aunque personalmente me pareció bonito.
A continuación, algunas fotos, juzguen ustedes si les gusta.
Es evidente que el aeropuerto va apenas en su primera etapa, y aún faltan muchas opciones para comer y al menos un banco con cajeros automáticos
Después de recorrer toda la terminal me senté en la sala donde había juegos para niños, así como gente cantando y tocando música mexicana con motivo de la inauguración.
Me acerque a mi vuelo, operado por un Airbus A320. En esta ocasión, la posición era remota. La ruta a Monterrey se convertiría en la que tendría mayor ocupación desde el aeropuerto.
Después de abordar, tuvimos un retraso de más de 30 minutos debido a que al piloto le cambiaron la pista, y al no conocer el aeropuerto, como era de esperarse en un vuelo inaugural, le tomó tiempo ubicarse. El vuelo iba totalmente lleno, aunque era evidente que varios pasajeros, como yo, solo volábamos por la fecha especial.
Antes de despegar, entre aplausos, nos despidió el famoso arco de agua. El vuelo despegó sin contratiempos, y durante el vuelo la aerolínea les regaló a todos los pasajeros un refresco y una chapata como parte del festejo.
Mi opinión
El aeropuerto es grande, moderno y amplio, aunque sencillo y sin mucho lujo. Sin duda aún falta que se consolide, y su gran reto será lograr conectarlo eficientemente con la Ciudad de México. Solo el tiempo dirá si fue una buena decisión.
Quise venir a conocer el aeropuerto no porque considero que fue la mejor decisión, a manera muy personal considero que el NAIM era una mejor opción; sin embargo, no hay que perder de vista que la inversión en el AIFA ya se hizo, y por el bien de México espero funcione, a todos nos conviene que funcione.
Para cerrar este blog les pregunto; Si se logra conectarlo eficientemente con la Ciudad de México, ¿Considerarían volar en el AIFA? ¿Qué consideran que necesita el AIFA para crecer?
¡Cuéntenos en los comentarios!
Humberto Lagunes
Estudiante de ingeniería, locutor de radio, y escritor con un amplio conocimiento del sector aeronáutico. Fundador de Aviation24, busca a través de su experiencia y escritura compartir lo que más ama, la aviación.