¿Podemos volver a duplicar el tráfico en los próximos 10 años? E. Cueto comenta

Por Ricardo J. Delpiano

No hay duda. La aviación ha cambiado la forma de conectarnos. De pasar de tener ciudades con desafíos significativos en temas de conectividad, bajas frecuencias, compañías aéreas pequeñas e ineficientes, altos costos de accesibilidad e incluso con servicios aéreos de dudosa confiabilidad, se ha pasado a una industria pujante con niveles de seguridad nunca antes vistos, inversiones en aviones y tecnología, que junto con creatividad y nuevos modelos de negocios, están permitiendo que más pasajeros viajen y también que nuevas personas que antes no lo hacían puedan utilizar el avión como un medio masivo de transporte.

El último Foro de Líderes de la Asociación Latinoamericana y el Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) fue la instancia apropiada para resaltar a la comunidad los logros alcanzados por la aviación latinoamericana. Desde la presidencia ejecutiva de la organización, Enrique Cueto destaca que “el tráfico aéreo en Latinoamérica se ha duplicado e incluso triplicado en algunos mercados, bajando las tarifas, incorporando aviones modernos, más grandes y subiendo los factores de ocupación. Ante nuestras autoridades, nuestros Gobiernos, nuestros pasajeros, esta industria ha hecho un gran esfuerzo: hemos estimulado nuevos tráficos y con tarifas en promedio han bajado entre 30-40%”.

América Latina se ha convertido en una de las regiones más seguras en aviación. Foto: Ricardo J. Delpiano

Si se habla de temas de seguridad, el logro es aún mayor. En 10 años se pasó de tener una de las regiones con la peor tasa de accidentes del mundo, con América Latina ubicada inmediatamente después de África, a ser la zona del planeta con nulos accidentes aéreos con fatalidad entre los años 2013 y 2015. Probablemente, si no fuera por el reciente accidente del avión de LAMIA, este 2016 también sería parte de ese récord.

En la industria atribuyen estos éxitos a la suma de varios factores que se enmarcan dentro una visión común entre las líneas aéreas que se han propuesto mejorar continuamente sus servicios, como traer aviones nuevos, generar políticas de desarrollo de nuevas rutas para volar a más ciudades y sumar nuevos pasajeros.

“Ha sido un logro nuestro”, dice Cueto. “La realidad es que como aerolíneas de Latinoamérica bajamos la tasa de accidentabilidad, duplicamos los tráficos y esto ha sido con tarifas baratas. Cuando vamos a pedir que nos quiten regulaciones, que podamos operar de manera distinta, vamos con resultados reales y esto se puede volver a repetir”.

Hemos logrado duplicar o triplicar nuestros tráficos, pese a la crisis profundas de la región: E. Cueto.

Producto de factores políticos contingentes y económicos en cada uno de los países más aspectos globales, han hecho que los últimos años –incluido el que termina- sean altamente desafiantes para las compañías aéreas. La caída en el PIB en muchos países – con la región a niveles significativamente inferiores que el promedio mundial- ha complicado la capacidad de pago en la población mientras que la devaluación de las monedas locales afectaron muchos de los ingresos de los operadores, que sin las transformaciones realizadas podían haber sido mucho mayores.

“Hemos logrado duplicar o triplicar nuestros tráficos, pese a la crisis profundas de la región. El impacto para las compañías aéreas es que en general estamos con mayores niveles de endeudamiento, con peores resultados. Esta es una industria intensiva en capital y obviamente si no tenemos los resultados, hay un mayor nivel de endeudamiento”, explica el CEO de LATAM. “Aún con estos números complicados hemos logrado nuestro objetivo”.

La utilización de aviones más grandes es reflejo de que más personas pueden volar hoy en América Latina. Foto: Ricardo J. Delpiano

Con la totalidad de transformaciones realizadas (alta inversión en seguridad, nuevos aviones, mayores eficiencias, modelos de negocios sostenibles, compromisos medioambientales autoimpuestos e innovaciones), Cueto indica que las líneas aéreas latinoamericanas están preparadas para realizar una “nueva revolución” en el transporte aéreo, pero eso depende de la cooperación de los otros sectores que intervienen y forman parte del sector.

Los aeropuertos saturados, gestión de tráfico aéreo deficientes, servicios públicos poco colaborativos, más excesivas y a veces redundantes regulaciones, son sólo algunos de los problemas que tiene la aviación actual para continuar desarrollándose. En el caso de los aeropuertos por ejemplo, están la rigidez de los sistemas de concesiones o la falta de visión de quienes imponen contratos que limitan el desarrollo de obras adecuadas para satisfacer las necesidades de crecimiento en los tiempos que corresponden. Muchos de los servicios públicos como los controles de seguridad en aeropuertos, migraciones o Aduanas, se caracterizan por su lentitud o ineficiencias, funcionando a veces para sus propios objetivos y no para los usuarios como debe ser, generando cuellos de botella importantes que ralentizan todos los procesos.

La saturación de los aeropuertos es cada vez más evidente en los países de América Latina. Foto: Ricardo J. Delpiano

Las regulaciones están en una situación aún más negativa tanto por su excesiva cantidad como las distintas condiciones que se imponen en temas aeronáuticos como aspectos básicos al usuario como ocurre con el derecho al consumidor. Las principales regiones del mundo tienen una sola regulación y otras están avanzando hacia ello. En Latinoamérica, existen al menos 45 regulaciones distintas. Sobran casos para reflejar esa realidad. Por ejemplo, un pasajero puede salir de un país a otro con un determinada cantidad de líquido en su equipaje de mano pero si decide volver en la misma ruta, no lo podrá hacer con esa cantidad porque la regulación del país donde se encuentra lo prohíbe. Otros, son las demora que las distintas regulaciones imponen para que una aerolínea pueda implementar un determinado servicio a sus pasajeros o internar un determinado repuesto.

“Este segundo crecimiento que queremos todos, no depende de nosotros. No puede ser que nosotros bajemos las tarifas 60% siendo más eficiente e invirtiendo en nuevas tecnologías, pero nadie haga la otra parte. Cuando nosotros triplicamos nuestros mercados y somos capaces de bajar las tarifas 30%, ¿Cómo es posible que las tasas de pasajeros siguen siendo las mismas o más? La tasa de embarque que se le paga al aeropuerto o la autoridad o incluso el taxi -arreglado por licitación con el aeropuerto- salen más caros que el pasaje aéreo. O nos convencemos todos de la importancia del transporte aéreo”, son algunas afirmaciones e interrogantes que hace Enrique Cueto en representación de la industria en ALTA.

La explicación de esta lamentable realidad hace referencia a la poca importancia que los Gobiernos le dan al transporte aéreo y la visión cortoplacista que muchas autoridades temporales mantienen, ya que siguen viendo a la aviación (aerolíneas, aeropuertos y proveedores) como una fuente de recursos para llenar las arcas fiscales o atender otros fines.

“Somos el transporte público más importante del siglo XXI, pero nos tratan peor que sistema de transporte del siglo XIX, porque a los trenes no les cobraban como nos cobran a nosotros. No puede ser que los trámites y la infraestructura sea más caro que volar aviones. Si nosotros logramos triplicar el tráfico y hemos bajado los precios, los cargos e impuestos también deben bajar”, agrega el directivo.

Cueto reitera en la invitación a los otros actores de la aviación a formar un sociedad eficiente. Foto: ALTA

El mensaje que se quiere trasmitir esta dirigido directamente a los Gobiernos, ya que son estos los que elaboran las políticas públicas y dan las directrices a sus respectivos organismos reguladores para establecer el marco regulatorio con el que la industria funciona. En la industria, existe pleno convencimiento que con todas las transformaciones realizadas hoy es posible volver a crecer a tasas significativas, sumar más destinos, conectar a más gente y por supuesto, volver a duplicar el tráfico aéreo en toda la región. Para alcanzar este objetivo, la aviación reitera la invitación a formar una sociedad de futuro donde el único requisito es ser proactivo y eficientes.

“Necesitamos un socio, los aeropuertos y sistemas de tráfico aéreo, que sean tan eficiente como nosotros y nos ayude a construir lo más importante que es el transporte aéreo del siglo XXI, que tiene que ser eficiente, que conecte a nuestros pueblos y de beneficios y progreso a nuestra región”, puntualiza Cueto.

Fuente: DesdeSCL.com