Líderes mundiales en seguridad piden colaboración entre los países para permitir una reapertura en las fronteras de forma segura

Los líderes mundiales en seguridad están enfatizando la necesidad de colaboración, consistencia y transparencia entre los gobiernos para garantizar que las fronteras se abran sin problemas y para convencer a los pasajeros de que no solo es seguro volar, sino que llegarán a sus destinos sin contratiempos y de forma rápida.

“Seamos proporcionales al riesgo, transparentes sobre las medidas y asegurémonos de que continuamos permitiendo que el público en general tenga confianza y seguridad en que una vez que reservan un vuelo, realmente pueden volar”, dijo Mark Searle, director global de seguridad de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), durante el panel de la Cumbre Internacional de Seguridad Aérea de la Flight Safety Foundation (FSF) la cual se lleva a cabo del 19 al 22 de octubre.

Searle expresó su preocupación de que la confianza del público se vea afectada a medida que las personas enfrentan situaciones en las que hacen planes de viaje, se dirigen al aeropuerto y luego descubren que su destino ha cerrado o impuesto cuarentenas.

El director global de seguridad de IATA explicó que a medida que se abren las fronteras, tiene que haber una “solución universalmente aceptada”, tanto para los pasajeros como para los operadores.

“Me han contado tantas historias en las que un miembro de la tripulación ha sido probado en un estado antes de volar y luego lo prueban en otro estado mediante un método evasivo y luego lo ponen en cuarentena. Es tan perturbador”, dijo Searle.

El complejo mosaico de soluciones se intensificará una vez que los gobiernos aumenten la aplicación de pruebas, cuarentenas y otras medidas de salud, agregó Searle.

Steve Creamer, director de la Oficina de Navegación Aérea de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y moderador del panel de la FSF, estuvo de acuerdo con lo anterior, y señaló una anécdota de alguien que conocía que se fue de viaje a un importante centro de Medio Oriente y terminó teniendo que realizar cuatro pruebas de COVID-19 y someterse a 24 días de cuarentena durante el proceso. 

“Estamos combinando y acumulando todas estas cosas”, dijo Steve Creamer.

Creamer, sin embargo, señaló que el informe del Consejo del Grupo de Trabajo de Recuperación de la Aviación (CART) proporciona una pieza central para la colaboración a medida que la industria trata de manejar ese mosaico. Una segunda iteración que la OACI espera publicar a fines de octubre o principios de noviembre se basa en las lecciones aprendidas durante los últimos meses, señaló, y agregó que el desarrollo colaborativo del documento no es tarea fácil. 

“Es difícil, hay tantas partes interesadas involucradas que en realidad es un cubo de Rubik mucho más difícil por el hecho de recopilar un conjunto de decisiones y hacer que se alineen”, explicó Creamer.

Un elemento crucial involucrado en la actualización implicará mejorar las alianzas con las contrapartes de salud pública “porque en última instancia no somos el regulador”, agregó Creamer. 

“Para muchas de estas restricciones, el regulador son sus agencias de salud pública y las organizaciones de patrulla fronteriza que tienen que implementar esencialmente lo que se les proporciona en ambos lados de la salud pública y de la comunidad de la aviación”, agregó el director de la Oficina de Navegación Aérea de OACI.

El administrador asociado de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos para la seguridad de la aviación, Ali Bahrami, agregó que la situación es compleja porque, si bien el transporte aéreo es interdependiente, diferentes destinos lidian con diferentes conjuntos de circunstancias. 

La comunidad de la aviación está tratando de navegar a través de la imprevisibilidad del coronavirus, donde muchas agencias tienen aportes. 

“Estamos operando en un entorno muy dinámico. Las cosas están cambiando muy rápido y básicamente estamos tratando de operar en la intersección entre la seguridad y la salud pública”, dijo Bahrami.

Ali Bahrami agregó que una clave para manejar tal imprevisibilidad es la comunicación abierta y el desarrollo de acuerdos bilaterales. Además, la comunidad de la aviación debe recopilar y compartir la mayor cantidad de datos posible para generar un nivel de confianza.

“Si hay algo que he aprendido en los últimos siete u ocho meses es que cuanto más hablamos, más compartimos información y sus mejores prácticas, mejor estaremos en términos de servir al público y también mejorar las condiciones actuales”, dijo Bahrami.

Tay Tiang Guan, subdirector general de la Autoridad de Aviación Civil de Singapur (CAAS), dijo que cree que la comunidad internacional “realmente ha hecho bien en unirse para desarrollar el documento CART” y dijo que ese trabajo es crucial para asegurar a los pasajeros y gobiernos que el proceso de un extremo a otro del viaje en transporte aéreo puede ser seguro. El documento CART les da a los estados y la industria un plan que pueden seguir e implementar.  Pero, advirtió, “ese no es el problema”. Se reduce fundamentalmente a la recuperación del COVID-19 en diferentes estados y al “apetito de riesgo de ese país” sobre la voluntad de apertura.

Para Singapur, agregó Tay Tiang Guan, se está abriendo lentamente a través de varios medios, incluidos movimientos unilaterales para permitir que las personas ingresen al país a “burbujas de viajes aéreos” a través de acuerdos con otros estados que brindan una mayor facilidad de viaje.

“Cuando las fronteras se cierran, realmente hay que hacer algo paso a paso para abrirse de manera segura. Entonces, es prueba y error y paso a paso. Si no empiezas, no pasará nada”, concluyó Tay Tiang Guan, subdirector general de la Autoridad de Aviación Civil de Singapur.