Por Diego Aquino
Desde el año 2018 el fabricante estadounidense vive una serie de dificultades que le han causado turbulencias severas hasta el día de hoy. Pero ni todo lo bueno, ni todo lo malo es para siempre.
Derivado de los accidentes del Boeing 737 MAX en 2018 y 2019 las acciones del fabricante se habían comportado de forma negativa, ante la duda de los inversionistas sobre la fiabilidad de las aeronaves que Boeing fabrica.
Para el año 2016 el 737 MAX era la última apuesta del fabricante en materia tecnológica, brindando mayor eficiencia y autonomía. Cuestión que no evitó que con un número tan reducido de horas de vuelo un problema en el software de dichas aeronaves causara la muerte de 346 personas.
Como consecuencia se dejaron en tierra aproximadamente 600 Boeing 737 MAX, trayendo consigo pérdidas multimillonarias para las aerolíneas tanto como para el fabricante al desplomarse sus acciones.
Para el año 2020 la pandemia del COVID-19 trajo la mayor cantidad de cancelaciones de pedidos debido a la frágil situación financiera de las aerolíneas y consigo, la mayor caída en las acciones para el fabricante entre febrero y marzo de casi un 50%.
Otro golpe duro para Boeing fue la pausa en las entregas del Boeing 787 impuesta desde mayo del 2021 por la FAA, agencia que, derivado de los accidentes del Boeing 737 MAX, realiza auditorías más exhaustivas al fabricante. De acuerdo a la FAA, la pausa en las entregas de las aeronaves se debió a la investigación de fallas en el proceso de manufactura, sin brindar más detalles.
Para enero de este año, el fabricante reveló que pagaría 3,500 MDD a clientes derivados de los retrasos en las entregas de los equipos adquiridos y 1,000 MDD en costos de producción anormales derivados de reparaciones e inspecciones.
Afortunadamente, no todo es para siempre y Boeing comienza a vislumbrar una pequeña luz que los saca de la oscuridad en la que ha vivido los últimos años.
La empresa mexicana Aeroméxico, de igual manera, espera más equipos Boeing 787, los cuales operan para sus rutas de largo alcance.
No cabe duda que las crisis atañen incluso a las empresas más poderosas y sólidas del mundo. Es de admirarse la manera en que empresas tan grandes y con un capital de trabajo tan numeroso como lo tiene Boeing, sortean años de malas rachas, para salir más sabios y victoriosos de crisis como las que han vivido. Sin lugar a dudas, la resiliencia es el valor diferenciado de la aviación.
Después de los sucesos del 2018 y 2019 con el Boeing 737 MAX, el fabricante se ha vuelto a ganar la confianza de las aerolíneas y recibió más de 150 pedidos por el 737 MAX durante el festival de Farnborough, el cual se celebró el pasado mes de junio, entre los que destacan 100 para delta y 25 para Qatar Airways. De igual forma fue durante este mes que se incrementó la producción del MAX, problema que Boeing cargaba debido a retrasos por parte de sus proveedores.
En México, la aerolínea bandera Aeroméxico, ha recibido 16 aeronaves 737 MAX durante el primer semestre del 2022.
Otra buena noticia para el fabricante estadounidense es la aprobación por parte de la FAA para reiniciar las entregas de los equipos Boeing 787. El visto bueno lo brindó la autoridad el lunes 8 de agosto y Boeing inmediatamente se puso manos a la obra, entregando el día 10 del mismo mes el primer 787 después de más de un año en pausa. El avión ha sido entregado a American Airlines, empresa que tiene un pedido por 41 aeronaves más del mismo tipo.
Diego Aquino Ramírez
Primer Oficial en equipos Embraer 190. Ingeniero Aeronáutico egresado de la Facultad de ingeniería del Instituto Politécnico Nacional, con especialidad en Operaciones Aéreas y Seguridad Integral en la Aviación Civil. Co-fundador de AVI-8 MX.