A340 de Hi Fly aterriza por primera vez en la Antártida

Hi Fly ha vuelto a hacer historia al aterrizar por primera vez un Airbus A340 en la Antártida. El Capitán Carlos Mirpuri y su tripulación volaron el avión de fuselaje ancho desde Ciudad del Cabo en Sudáfrica ida y vuelta, recorriendo 2,500 millas náuticas con un tiempo de poco más de cinco horas en cada tramo.

Nunca un A340 había aterrizado en una pista de hielo en la Antártida. El avión se utilizará esta temporada para llevar a un pequeño número de turistas, junto con científicos y carga esencial.

La aeronave matrícula 9H-SOL es un A340-313HGW (High Gross Weight) con un peso máximo de despegue de 275 toneladas. El avión fue cuidadosamente elegido para funcionar bien en este entorno extremo. Su rango y redundancia de 4 motores también lo hace ideal para este tipo de operación remota.

El vuelo a la Antártida tomó menos tiempo que el inicialmente considerado, con los equipos de Operaciones de Vuelo, Operaciones Terrestres y Mantenimiento de la compañía haciendo un trabajo sobresaliente.

Se esperaba que en la aeronave viajaran 23 pasajeros y como este era el primer vuelo de la temporada, la mayor parte del equipo de apoyo en tierra que se necesitaría en la pista de aterrizaje Wolf’s Fang en la Antártida viajó en los compartimentos de carga de la aeronave.

La ruta a la Antartida fue casi directa, luego de cumplir con la autorización del procedimiento de salida por instrumentos emitida por el control de tránsito aéreo de Ciudad del Cabo. La aeronave posteriormente paso con control oceánico Johannesburg a través de CPDLC/ADS, evitando así la comunicación de HF de largo alcance que se remonta a los años 50.

La comunicación digital es la norma en estos días en la mayoría de las regiones de navegación aérea. Los pilotos solo perdieron la conexión de enlace de datos 250 millas antes de llegar a Wolf’s Fang. Sin embargo, a unas 180 millas del destino establecieron comunicaciones mediante el uso de frecuencias VHF. En el destino no existe control de tráfico aéreo, solo una persona que tiene una radio portátil de mano que se ocupa de la pista.

Durante la ruta, la tripulación recibió a través del sistema ACARS frecuentes informes meteorológicos del aeropuerto de Wolf’s Fang que les eran enviados a través del centro de operaciones en Lisboa de la aerolínea.

La aeronave no cargó combustible a su llegada ya que no hay depósitos de almacenamiento en la pista de la Antártida, por lo cual, a su despegue en Sudáfrica, el avión salió con 77 toneladas de combustible para esta travesía.