Hace unos días tuve la oportunidad de visitar el aeropuerto de Atizapán para hacer un reportaje de EnElAire, tenía tiempo que no estaba por aquellos rumbos y me dio gusto ver que ese aeropuerto, alguna vez amenazado de cerrar, da vida a una parte fundamental de la aviación en esta ciudad.
Mientras recorría el aeropuerto, me encontré con Manolo y con Antonio, de 21 y 22 años, ambos con su uniforme de piloto estudiante, los note un tanto curiosos alrededor de un Cessna 172, la verdad es que no pude evitar acercarme a platicar con aquellos pilotos en formación y enterarme de cuál era su inquietud.
Me presenté, como un piloto inexperto de 5 mil horas de vuelo y les pregunté si podía ayudar en algo, me platicaron que Manolo acababa de realizar su primer vuelo (a las 7AM porque es cuando más “calmado” está el clima) y le pasaba tips a Antonio, en esta ocasión de la inspección prevuelo. ¡Ya no me acordaba que alguna vez yo también tuve que drenar el combustible del ala del Cessna!
No pude evitar emocionarme y regresar 10 años atrás a mi época de piloto estudiante; Antonio y Manolo son alumnos de AIRE, una escuela que, para los que estamos en el mundo de la aviación, es bastante reconocida (http://www.escueladevueloaire.com) y que para mí, tiene la característica, positiva claro, de volar justo en Atizapán con todo lo que conlleva enfrentar a un piloto estudiante al área terminal de México (la más conflictiva del país).
Al describirme su primer vuelo, Manolo me contó de ese nervio pero con una adrenalina de esa que se disfruta y del orgullo que sintió de si mismo al llegar a la cabecera. “Aunque mi primer aterrizaje no lo hice yo, el instructor me explicó la razón de cada movimiento” Manolo acaba de realizar su primer vuelo y estaba muy contento. ¡Cómo los seres humanos podemos hacer tan cotidiano algo que es tan sorprendente como volar! Me basto con escuchar a Manolo para pensar que cada uno de mis vuelos debería darme la emoción que me dio el primero.
En ese momento, una lección de humildad me llegó, cuando los vi tan emocionados en su inspección pre-vuelo que fui yo el que aprendió muchas cosas ese día, ¿Por qué quisieron ser pilotos les pregunte? Antonio, de Monterrey, me platicó que desde los 3 años le gustaron los aviones y que no ha perdido la admiración por estos aparatos desde entonces; Manolo, me platica con un brillo de emoción en los ojos en como al estudiar aerodinámica ha comprendido como sucede esta magia en la que un aparato más pesado que el aire consigue elevarse.
¿Fue difícil encontrar una escuela para estudiar? Antonio me platicó que estudió en Monterrey y luego buscó AIRE por su calidad educativa; Manolo me dijo que AIRE tiene la opción de rentar una hora de vuelo con instructor para convencerte de querer volar, y que con esta hora se dio cuenta que eso es lo que quiere hace para el resto de su vida; recordé hace 10 años que una de las decisiones más difíciles para cualquier prospecto de piloto es elegir en qué escuela estudiar, en mi caso elegí una de Cuernavaca y Mexicali; pero estos jóvenes vieron la ventaja de tener todo concentrado en una misma base de operación, ya que teoría y vuelos suceden aquí mismo en Atizapán. Antonio me platicaba con un tono norteño y con una emoción que notaba al escucharlo hablar tan rápido que en AIRE les enseñan más de lo que el programa les pide; por ejemplo tienen bases de instrumentos aun cuando la etapa de piloto privado solo te pida bases de vuelo visual.
Cuando busquen una escuela, fíjense en la calidad educativa, en los profesores y en los aviones; Antonio me refería del buen servicio que le dan en su escuela (AIRE) a las aeronaves y que además tienen la capacidad de atender a todos sus alumnos. Lamentablemte hay escuelas en donde la demanda sobrepasa la capacidad y el alumno debe esperar muchos días para poder volar y por tanto tiene que espaciar demasiado sus vuelos lo que compromete su aprendizaje; me comentaron que no es su caso.
¿Y cómo se ven en unos años? Pregunté esperando escuchar que se veían volando el A380 en algún país petrolero. Para mi sorpresa me contestaron que se ven “Por supuesto en México” Ambos me platicaron que aprovecharían las bases de AIRE y las relaciones que tiene la escuela para colocarse en el ámbito nacional.
Los alenté platicándoles de la gran demanda de pilotos que habrá en el futuro; habrá trabajo y necesitaremos personal altamente calificado y comprometidos con su profesión. “Por eso estudiamos en AIRE” me contestaron casi al unísono.
Los dejé terminar su plática y me fui a terminar mi reportaje del aeropuerto pensando en que todos alguna vez empezamos con miedo al futuro pero con una gran ilusión; y la misión de los que llevamos algún tiempo en la aviación es justo no perder ese entusiasmo que sentíamos cuando hicimos nuestro primer vuelo. ¡Felicidades Manolo y Antonio! Espero verlos pronto volando un avión en nuestro querido México; no pierdan esas ganas ni ese entusiasmo de ser mejores.
¿Recuerdan su primer vuelo?
