La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha sacado del Océano Pacífico los restos de un Boeing 737-200 Carguero que se estrelló frente a la costa de Hawai en julio de este año.
La NTSB dio a conocer el día de hoy que recuperó las dos grabadoras de vuelo y “todos los componentes principales” de la aeronave que se estrelló cerca de Honolulu el 2 de julio la cual operaba el vuelo 810 de Transair
“La recuperación de las grabadoras y prácticamente todo el avión representa un gran paso adelante en la investigación”, dijo la presidenta de la NTSB, Jennifer Homendy.
El B737-200F se estrelló por la noche, poco después del despegue del aeropuerto internacional Daniel K Inouye de Honolulu. Los dos pilotos habían informado de “anomalías en ambos motores” lo que ocasionó posteriormente el amerizaje en el Pacífico.
La NTSB también dio a conocer un video de la recuperación.
Los pilotos escaparon ilesos de la aeronave y fueron rescatados por la Guardia Costera de Estados Unidos.
“Un estudio submarino del lugar del accidente realizado en julio reveló que el fuselaje se rompió en dos pedazos: la sección trasera con las alas y el empenaje unidos, y la sección delantera que incluye la cabina del piloto. Ambos motores se separaron de las alas en el momento del impacto. El conjunto del tren de aterrizaje delantero también se separó del fuselaje”, dijo NTSB.
Los restos llegaron a hundirse en una plataforma oceánica a profundidades que van desde los 350 a los 450 pies (107 a 137 m).
Los motores, dos secciones del fuselaje (incluidos los contenedores de carga en el interior) y los componentes de la aeronave más pequeños que se separaron de los restos principales se recuperaron y se llevaron a la costa. La recuperación se completó el 31 de octubre.
La grabadora de datos de vuelo y la grabadora de voz de la cabina se transportarán al laboratorio de la NTSB en Washington, DC, donde se limpiarán, secarán, descargarán y analizarán. Se espera que la investigación del accidente demore entre 12 y 24 meses.
