¿Por qué y para qué?

Por Benjamín Franco Mariscal

Llegando a la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México me di cuenta de que la mayoría de mis compañeros llevaban puesta la famosa corbata rosa de octubre. Yo todavía no la había comprado, porque no me interesaba ser parte de la campaña. Al menos eso pensé en ese momento. ¿Por qué y para qué? —Seguro alguien se queda el dinero, pero mi dinero no se los voy a dar— es lo que pensé acercándome a los filtros de seguridad —Prefiero donarlo yo —. Sin embargo, nunca lo hacía.

Pasando por los filtros de seguridad escuché cómo una guardia celebró que el piloto frente a mí llevara puesta la corbata rosa.

—Todos se ven muy bien con esa corbata —con una sonrisa la mujer recorrió la charola con las pertenencias del piloto.

—Gracias —escuché decir al piloto mientras recogía sus cosas y se colocaba el saco.

De igual manera que él, recogí mis cosas, sonreí a la misma guardia de seguridad, ella me sonrió de vuelta, y comencé a caminar hacia el área donde cobraría mis viáticos.

Mientras caminaba por los pasillos me di cuenta que el uso de la corbata rosa o negra es irrelevante. Nadie más se fijó en mi compañero o en mí y mucho menos en el color de nuestras corbatas. Otro punto a mi favor, para qué gasto dinero en una corbata que no crea un efecto directo, ni positivo y tampoco negativo, sobre la lucha contra el cáncer de mama.

—No pienso usarla —dije una vez más hablando detrás de mi cubrebocas.

Llegando al avión acomodé mis cosas en el asiento del capitán. El primer oficial aún no llegaba, así que decidí comenzar los ajustes del avión.

—Buenos días, capitán —me habló el primer oficial que llegó agitado, pues ya estaba llegando diez minutos tarde y seguramente corrió al avión.

—Buenos días, soy Fernando, pásale, bienvenido —contesté sin poder evitar darme cuenta que el primer oficial portaba la corbata rosa.

—Muchas gracias, capitán, soy Pepe, estoy a sus órdenes —.

—Fernando, por favor, mucho gusto, Pepe.

Tanto el primer oficial como yo comenzamos a trabajar de una forma bastante cordial y respetuosa hasta emprender vuelo. Un doble radial nos esperaba.

Ya estando en vuelo nivelado, el primer oficial comenzó sus tareas de piloto monitoreando. Lo vi contento y descansado, trabajando con bastante soltura. Me hizo pensar que era un piloto con algunos años de experiencia en la empresa. No hubo ninguna queja, hasta que me hizo esa pregunta.

—Capitán, ¿le puedo hacer una pregunta?

—Claro, Pepe.

—¿Por qué no usa la corbata rosa? —cuando terminó la pregunta sentí que la presión se me subió un poco. Me molestó e incomodó, pero amablemente respondí.

—Porque de seguro alguien se queda el dinero.

—Es que de eso se trata.

—¿Ah, sí?

—Sí, Fer, ¿no sabías?

—La verdad no, pero no me interesa saber. ¿Por qué y para qué?

Continuamos el vuelo un poco incómodos, pero aterrizamos sin inconvenientes en el primer destino. En el segundo vuelo le tocó volar al primer oficial, y con la misma soltura despegó y aterrizó sin complicaciones. Volaba muy bien el copi, no había queja en eso, ¡pero qué pregunta! Eso arruinó la jornada, pensé.

En el tercer tramo me tocó volar a mí y nuevamente fue su amabilidad y respeto lo que me dejó pensando que tal vez debería retomar el tema, así como él me preguntó a mí. Ser capitán no significa que no pueda estar equivocado, así que decidí preguntarle.

—Pepe, ¿te puedo hacer una pregunta?

—Claro, Fer, a tus órdenes.

—¿Por qué y para qué usas la corbata rosa? —cuando terminé la pregunta, Pepe sonrió. Eso me molestó un poco, sentí que se burlaba de mí, ya estaba a punto de reaccionar a ello, pero su respuesta me cerró la boca.

—La uso porque efectivamente se trata de que alguien se quede con dinero. Ellas son las que se quedan con dinero. La uso porque así puedo contestar las dudas de las personas que se preguntan por qué la uso. La respuesta a todos ellos es, porque no me cuesta nada usarla. Es irrelevante, nadie aplaude que la use o no lo haga, pero ellas sí aplauden cuando reciben la ayuda. Ellas sonríen y yo también lo hago sabiendo que sí hay un por qué y para qué.

Benjamín Franco Mariscal
Primer oficial en equipos Boeing 737 NG/MAX. Egresado de la facultad de arte de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, con especialidad en cine y literatura inglesa. Autor del libro: Todas menos Sofía.