Por José Suárez
¿En qué escuela me recomiendas estudiar? Esta es una pregunta que me hacen al menos dos veces por día. Los jóvenes ilusionados con ser pilotos aviadores buscan mucha orientación sobre todo cuando hay muy poca información y llegan a las escuelas de aviación por informes solo para escuchar que todas les abren las puertas de las aerolíneas.
Pero la realidad es mucho más complicada. El pasado 1 de septiembre un joven instructor de vuelo y su alumno volaban en un Cessna 152 con matricula XB-MZN entre Ixtapa Zihuatanejo y Acapulco. De acuerdo al comunicado de la Escuela de Aviación México, su último reporte fue alrededor de las 19:30 horas indicando condiciones meteorológicas adversas. A partir de este accidente iniciaron una serie de cuestionamientos por parte de la comunidad aeronáutica hacia la Dirección General de Aeronáutica Civil de México acerca de los procesos de verificación de las aeronaves de instrucción en México y de los requerimientos para ser instructor de vuelo en nuestro país.
En México, los inspectores de la DGAC son los responsables de validar los exámenes que realizan los pilotos para obtener la licencia de piloto privado, comercial o capacidad de instructor; en la mayoría de los casos los inspectores ni siquiera se suben al avión el día del examen del alumno, simulando la participación de la autoridad aeronáutica en este proceso. No es diferente cuando un recién egresado intenta obtener la capacidad de instructor con 350 horas de vuelo, ya que el inspector de DGAC que debería de evaluar no cuenta ni siquiera con un programa o silabario para realizar un examen objetivamente y en la mayoría de los casos tampoco se sube al avión para realizar dicha evaluación . En Estados Unidos un instructor de vuelo requiere además de examen de vuelo un examen escrito de “Fundamentos de Instrucción (FOI)” y otro de conocimientos aeronáuticos.
Los alumnos confían en su instructor; es por eso que la autoridad y las escuelas deben estar conscientes de la gran responsabilidad que conllevan los formadores de los pilotos. El vuelo que hicieron estos dos jóvenes a bordo del XB-MZN fue en condiciones adversas, el alumnos confío en su maestro y el maestro, aún con los reportes meteorológicos de ese día, confío en que todo estaría bien con su avión y con su vuelo.
No digo que todas las escuelas sean malas o que todo lo que sucede sea responsabilidad de ellas; más bien es el sistema educativo el que debe de modernizarse. Hoy en día no existen en México libros de texto para estudiar la carrera de piloto aviador; todos son de otros países y contienen, por supuesto, la normatividad del país que los publica. Muchas escuelas utilizan fotocopias de libros y manuales creados hace más de 40 años
Para el Capitán Gabriel Quesada, director administrativo de la Escuela de Vuelo AIRE y Secretario de Honor y Justicia del Colegio de Pilotos Aviadores de México existen muchas deficiencias en la autoridad aeronáutica cuando se trata de los vuelos de formación. En sus palabras no existen radares meteorológicos para supervisar las rutas de los aviones de escuela, en las oficinas de despacho de varios aeropuertos no les importa alertar a los alumnos si ven que hay alguna inclemencia meteorológica o de otra índole en la ruta propuesta por el alumno y además comenta que es muy fácil perderte por la mala calidad de las radioayudas (emisores de radio que dan orientación el avión) que en México no tienen la intensidad y calibración adecuadas para que puedan recibirse durante todo el vuelo.
De acuerdo a datos de Airbus, la demanda de pilotos en nuestra región crecerá una tasa de 4.7 por cierto hasta el año 2035, siendo una excelente oportunidad para formar a más de 44 mil nuevos pilotos en las siguientes dos décadas, es decir, las escuelas de aviación no se van a dar abasto por al menos 20 años. Ahora más que nunca y ante este crecimiento, la DGAC de México debe, en coordinación con el Colegio de Pilotos Aviadores de México y la autoridad educativa, fomentar planes de estudios que hagan verdaderos pilotos profesionales desde la escuela.
No quiero crear una idea errónea, los pilotos de México son unos profesionales, el Colegio de Pilotos Aviadores con todas estas irregularidades en las escuelas encontró un mecanismo que garantice que el poseedor de una cédula profesional de piloto aviador en realidad sea un profesional, esto lo logran por medio de un Examen General de Egreso, el cual se compone de una fase teórica y práctica, siendo la segunda de estas el último filtro que existe para que un piloto pueda ostentar un Título profesional y posteriormente la cédula que les permitan ejercer. En esta evaluación práctica participan sinodales tanto de la autoridad aeronáutica, como del Colegio de Pilotos, lo cual resulta en un proceso plural que beneficia al alumno y asegura la calidad profesional del egresado.
Además un piloto de aerolínea en México tiene que pasar por muchas evaluaciones antes de ser contratado. El mérito de los pilotos mexicanos es doble, aquellos que vuelan es porque se prepararon mucho más allá de lo que la calidad educativa en México les permite llegar.
¿En qué escuela te recomiendo estudiar? La que tenga la capacidad de atenderte, que no este rebasada de alumnos, que te escuche si tienes alguna duda en cuánto al mantenimiento de la aeronave y sobre todo que corrija todos los reportes de mantenimiento; te recomiendo estudiar en la escuela en la que te cerciores del profesionalismo y preparación de sus instructores y en la que te den un rol de vuelos con un plan de estudios que se cumpla, la que te exija y te haga ser mejor, en la que no te tengan gastando hospedaje en Acapulco, Querétaro, Puebla, Cuernavaca o cualquier base de vuelo esperando turno para volar “cuando haya lugar”. Parece imposible encontrarla, pero esa es mi respuesta ante tal pregunta.
Cuando existe algún accidente en la aviación comercial, se hace una investigación minuciosa para encontrar las causas y evitar que vuelva a ocurrir; no así para los accidentes en las escuelas de aviación. ¿Qué podríamos aprender del XB-MZN? ¿Lograríamos que Hugo Alfredo y Jesús Fernando no hayan muerto en vano?