Cerca de las 13:20 hora local de este sábado 12 de noviembre, un bombardero Boeing B-17 Flying Fortress (matrícula en los registros de internet N7227C) y un caza Bell P-63 Kingcobra (matrícula en los registros de internet N6763) estuvieron involucrados en un accidente en el Aeropuerto Ejecutivo de Dallas, Estados Unidos, durante el «Wings Over Dallas Airshow«
Las imágenes compartidas en redes sociales muestran al P-63 impactando en el costado izquierdo al B-17 de los «Texas Raiders», partiendo por la mitad el fuselaje de la aeronave. Luego de esto, ambas aeronaves cayeron explotando al impactar contra el suelo.
Hasta el momento se desconoce el número de personas a bordo. La Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) informaron que ya han comenzado las investigaciones correspondientes y será esta última quien esté a cargo del proceso.
“El incidente en la tarde del sábado involucró a un bombardero Boeing B-17 Flying Fortress de la Segunda Guerra Mundial y un caza Bell P-63 Kingcobra que volaban en el “Wings Over Dallas Airshow” en el Aeropuerto Ejecutivo de Dallas”, indicó la FAA en un comunicado.
Funcionarios locales estadounidenses explicaron que los servicios de emergencia se apresuraron a llegar al lugar del accidente del aeropuerto sin tener claro cuántas personas estaban a bordo de los dos aviones al momento del accidente.
Hank Coates, presidente y director ejecutivo de la Fuerza Aérea Conmemorativa (CAF), un grupo dedicado a la preservación de los aviones de combate de la Segunda Guerra Mundial, dijo en una conferencia de prensa que el B-17 normalmente tiene una tripulación de cuatro a cinco personas. Coates agregó que el P-63 está tripulado por un solo piloto, sin embargo, no precisó el número de tripulantes involucrados.
El B-17 formaba parte de la colección de la Fuerza Aérea Conmemorativa, apodada “Texas Raiders”, y había sido estacionado en Conroe, Texas, cerca de Houston. Fue uno de los 45 ejemplares supervivientes completos del modelo, de los cuales solo nueve estaban en condiciones de volar.
El P-63 fue aún más raro. Se sabe que sobreviven cerca de 14 ejemplares, cuatro de los cuales en los Estados Unidos estaban en condiciones de volar, incluido uno propiedad de la Fuerza Aérea Conmemorativa.