Redacción EnElAire
El pasado 13 de junio del 2022 comenzó la fecha de aplicación del examen de egreso para piloto aviador comercial de ala fija que año con año se lleva a cabo con el fin de poder obtener una cédula y título profesional para ejercer la carrera. Pero ¿qué cambios han sucedido este año que han causado tanta controversia entre los alumnos y futuras generaciones en la aviación mexicana?
Comencemos con el recorte de convocatorias y fechas para entregar la documentación solicitada. Este año se redujo el número de convocatorias para llevar a cabo el examen de egreso, dejando únicamente tres de las seis oportunidades que en años anteriores se publicaban para que los alumnos puedan tomar la prueba. El origen de este problema, de acuerdo con los comentarios que han recibido diversos alumnos, es causado por el recorte de presupuesto en el Centro Internacional de Adiestramiento de Aviación Civil (CIAAC). La entrega de documentación también se ha vuelto por sí misma en un proceso extremadamente burocrático y hasta peligroso. Lo que anteriormente tomaba algunos minutos en las instalaciones del centro de adiestramiento, puede ahora tardar horas o días. Los alumnos deben hacer fila desde la madrugada esperando poder alcanzar alguna ficha para obtener un turno. Incluso hay quienes han reportado haber sido asaltados afuera de las oficinas del CIAAC ubicado en la Colonia Federal a un costado del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, mientras esperaban a ser atendidos.
Si lo vemos desde cierto punto, pareciera que no hay problema y que sólo basta alcanzar la convocatoria en tiempo para poder realizar el examen. Pero, el problema no termina ahí, ya que los primeros aspirantes de la convocatoria mayo-junio del 2022 terminaron decepcionados al realizar un examen que únicamente el 16% aprobó. Un examen que, de acuerdo con las autoridades del CIAAC, recibió cambios para “abatir rezago y corrupción”.
La mayor molestia por parte de los estudiantes no es que haya cambiado el examen. La inconformidad surge debido a que se añadieron temas que están totalmente fuera del alcance de los programas de educación establecidos en México (si es existe un programa bien hecho y delimitado). Según los estudiantes, se están basando en temas que se adquieren en un proceso de formación de aerolínea, temas que, por más avanzada que sea la institución, no se deberían usar para medir el conocimiento debido a que no forman parte de los programas académicos vigentes, causando con ello una decepción y desilusión por parte de estos alumnos que tuvieron que esperar meses para poder aplicar la prueba sin tener éxito.
El tema de las futuras generaciones es preocupante y sabemos que debe existir un cambio en las formas de evaluar a los estudiantes y combatir la corrupción. Pero que el 84% de alumnos no haya pasado dicha prueba pone en duda si la estrategia para “abatir rezago y corrupción” esté funcionando realmente o si sólo es un paliativo a un modelo de educación deficiente y una industria cada vez más golpeada y en decadencia.