Chile descarta actualización de su flota de F-16 por crisis sanitaria

Días después de que el Departamento de Estado de los Estados Unidos aprobara un plan de actualización para los aviones de combate F-16 de la Fuerza Aérea de Chile, valorado en más de $600 millones de dólares, el gobierno de Chile reveló que el proyecto había sido pospuesto «hace meses».

El 23 de julio de 2020, la Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa de los Estados Unidos (DSCA) notificó al Congreso de una posible venta al Gobierno de Chile de «equipos y servicios relacionados para la Modernización del F-16 por un costo estimado de $634.70 millones de dólares».

La venta incluye 19 sistemas de señalización montados en cascos, 49 radios tácticos conjuntos del sistema de distribución de información multifuncional, una serie de sistemas de identificación amigo o enemigo y una actualización general de la aviónica y el software.

«La venta propuesta mejorará la capacidad de Chile para enfrentar las amenazas actuales y futuras modernizando su flota de F-16, lo que permitirá a Chile mantener la soberanía y la defensa de la patria, aumentar la interoperabilidad con los Estados Unidos y otros socios y disuadir a los posibles adversarios», afirmó la DSCA en un comunicado de prensa.

El plan de actualización siguió a una solicitud hecha por la Fuerza Aérea de Chile (FACH) en 2017. En total, la FACH opera 44 aviones de combate F-16, que incluyen 10 nuevos F-16 Block 50/52 adquiridos a Lockheed Martin en 2006, y 36 MLU F-16 A/B de segundo uso vendidos por los Países Bajos.

Pero mucho ha sucedido desde 2017, y la actualización que inicialmente se planeó para antes de 2021 probablemente se pospondrá. Dos días después de la aprobación de la venta, el Ministro de Hacienda de Chile, Ignacio Briones, declaró que el plan de actualización se había suspendido en abril de 2020, ya que la prioridad era hacer frente a la pandemia del coronavirus COVID-19.

El Ministerio de Defensa de Chile confirmó la decisión, afirmando que, si bien el plan «está técnicamente validado y estaba esperando la asignación de recursos, a principios de 2020 se tomó la decisión de posponerlo debido a la emergencia de salud y la necesidad de priorizar los recursos estatales en otras zonas más urgentes».

Además, antes de la pandemia, Chile experimentó una ola de protestas por el aumento del costo de vida y las desigualdades de ingresos, descritas por algunos como el «peor malestar civil» en el país desde el final de la dictadura de Pinochet. En este contexto, estos gastos militares probablemente no serán bienvenidos y generarán más frustración en la población.