Tras el incidente del vuelo UA328 de United Airlines el pasado 20 de febrero en el cual un Boeing 777-200 sufrió una grave falla en el motor número 2 tras unos minutos de haber despegado del Aeropuerto Internacional de Denver, Colorado, el fabricante del avión, Boeing, recomendó y apoyó la postura de la FAA de mantener en tierra estas aeronaves para una minuciosa inspección.
En un comunicado, el fabricante de aviones con sede en Chicago, Estados Unidos, mencionó que se encuentran en un monitoreo constante con las autoridades correspondientes, por lo que el fabricante recomienda suspender operaciones de los 69 aviones B777 con motores instalados Pratt & Whitney 4000-12.
Boeing señaló que esta recomendación estaría vigente hasta que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) y la NTSB identificaran apropiadamente un proceso de inspección de estos motores.
El fabricante mencionó que actualmente existen alrededor del mundo un total de 128 aviones de este modelo con motores PW4000, de los cuales 69 de ellos se encuentran en activo, mientras que 59 han permanecido almacenados con anterioridad.
Durante el transcurso del pasado 21 de febrero, la Autoridad Aeronáutica de Japón y la más reciente la Autoridad Aeronáutica de Reino Unido emitieron una comunicado en el que prohibían el sobrevuelo en su espacio aéreo de estas aeronaves con motores PW4000.
El motor PW4000 fabricado por la norteamericana Pratt & Whitney es un motor turbofan construido hace cerca de 40 años. Este motor está certificado con un empuje de hasta 90,040 libras (440kN). Boeing ha instalado estos motores en sus modelos B747-400, B767 y B777.