Por José Alfredo Meraz
En los últimos meses, la aviación mexicana ha sufrido cambios significativos, muchos de ellos en beneficio del crecimiento y otros tantos que percibimos como ideas retrogradas que restan y están lejos de ser viables.
Recientemente ha habido diferente tipos de protestas por parte de los pilotos ante la inconformidad de muchos temas que acechan nuestra integridad y credibilidad, tales como los anuncios del Gobierno Federal en los aeropuertos del país en los que con letras mayúsculas describen a los pilotos como mentirosos, sin juicio ni credibilidad o como la propuesta de integrar a pilotos extranjeros a las plantas laborales de las aerolíneas nacionales. Este no es un tema al cual me opongo rotundamente pero es un tema que se tiene que dominar en su totalidad sin olvidar que esto es aviación y no un juego de azar.
El tema aquí es “Divide y vencerás” para beneficio de unos cuantos. En México, hay alrededor de 4 mil pilotos ejerciendo profesionalmente en líneas aéreas comerciales. Muchas veces se nos olvida que nuestra pasión es surcar el cielo sin importar cual sea tu aerolínea ni que sindicato te representa.
Es triste e indignante ver como entre pilotos nos atacamos en lugar de apoyarnos; hay varias paginas de sátira en redes sociales que se mofan de las aerolíneas y empleados a través de “memes”. Entiendo que México es un país alegre y nos gusta reírnos hasta de nosotros mismos, pero debemos entender que somos profesionales y que esta carrera da muchas vueltas; puede que algún día necesitemos de quien en algún momento nos burlamos o humillamos.
Somos pilotos; profesión que es respetada a nivel mundial, un sueño que millones de personas quiere alcanzar y que no cualquiera logra. Históricamente, si algo nos ha diferenciado de otras profesiones es que sabemos como responder individualmente o en conjunto cuando se necesita y que estamos dispuestos a sacrificar lo que esta en nuestras manos para volar más alto y ayudar a quienes lo necesitan.
Hago un enérgico llamado a los profesionales del aire para que empecemos a respetarnos, a vernos con equidad, a saludarnos amablemente en los pasillos, a corresponder un saludo en cualquier frecuencia, hacer ver a propios y extraños que en los momentos mas difíciles estaremos ala con ala y que juntos seremos muy difíciles de corromper, que en México se recupere el respeto a la profesión, ese que nosotros mismos nos hemos encargado de perder y las empresas se llenen de gozo al contar con pilotos fuertes, unidos e inteligentes. Demostremos a propios y extraños que un piloto es difícil de corromper y así de darán cuenta que para nosotros no existe el lema “Divide y vencerás”.