Por José Suárez Valdez
En un pequeño ejercicio preguntamos a través de nuestras redes sociales: ¿Quién trabajará en Nochebuena? Las respuestas no se hicieron esperar, muchos volando, otros en centros de control, vendiendo boletos, en tráfico y en mantenimiento.
Para los que amamos la aviación y trabajamos en ella sabemos que es una industria que no descansa, aunque nuestro trabajo puede ser poco reconocido por aquellos viajeros que el 24 de diciembre quieren llegar a sus casas y en forma desesperada acusan a cuanto pueden por los 30 minutos de demora.
En realidad yo hoy iré a trabajar agradecido, porque aunque a muchos en realidad no nos gusta trabajar en esta fecha, si me hubieran preguntado cuando soñaba con ser piloto si me importaría trabajar en Navidad, sin dudarlo hubiera contestado que no, pues era mi sueño.
Mi reconocimiento a todos aquellos que se ven y que no se ven, pero que están involucrados en transportar a los sueños de tantas familias en esta fecha tan especial.
Esta Navidad habremos muchos tripulantes y empleados del sector lejos de casa para que miles de personas puedan estar en la suya. Creo que nosotros somos los verdaderos trineos de Santa. El premio es al final del vuelo cuando la gente baja contenta y nos queda la satisfacción por haber hecho bien nuestro trabajo y haber reunido a un sinfín de familias esta Nochebuena.
Mientras tanto, nosotros estaremos cumpliendo nuestro deseo de Nochebuena de cuando éramos niños: Volar.
¡Feliz Navidad!