De acuerdo con medios internacionales, numerosos acreedores se oponen al plan de reestructuración de Aeroméxico, alegando que el mismo presenta conflictos de intereses que involucran a partes como Delta Air Lines.
El elemento central de las objeciones es un acuerdo entre Delta Air Lines y Apollo Management Holdings, la compañía financiera que brindó a Aeroméxico $1,000 millones de dólares en financiamiento mientras el operador mexicano trabaja a través de su reestructuración.
Específicamente, en noviembre de 2020, Delta adquirió derechos para comprarle a Apollo $185 millones de dólares de la deuda total por $1 mil millones que actualmente posee. De acuerdo con documentos judiciales, críticamente, Delta y Apollo tienen la capacidad de convertir deuda en acciones de la reorganizada Aeroméxico, y tienen la intención de hacerlo.
Siete meses después, en una carta dada a conocer el pasado 30 de junio de 2021, Delta notificó al presidente de la junta de consejo de Grupo de Aeroméxico, Javier Arrigunaga, sobre el acuerdo de financiamiento.
Tal como está, el acuerdo dejará a Delta con el 20% del capital de Aeroméxico cuando la aerolínea mexicana salga de la protección por quiebra. Apollo tendrá el 22% según muestran los documentos. Actualmente Delta posee aproximadamente la mitad de Aeroméxico con dos lugares en su consejo de dirección, incluido el que ocupa el director ejecutivo de Delta, Ed Bastian.
La matriz de Aeroméxico, Grupo Aeroméxico, se acogió a la protección por quiebra el 30 de junio de 2020 en el Tribunal de Quiebras de Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York.
Algunos acreedores se oponen ahora a los planes de financiación y reestructuración de la empresa, alegando conflictos de intereses. Esos acreedores han presentado objeciones ante los tribunales. Señalan que Aeroméxico y sus miembros de la junta, incluido Bastian, tienen el deber fiduciario de maximizar el valor de la empresa en beneficio de los acreedores. Pero, señalan, Delta, y Apollo, tienen intereses opuestos.
El grupo de acreedores alegó en una objeción presentada el pasado 2 de diciembre que, específicamente, Delta y Apollo están «incentivados … a presionar por una valoración del plan relativamente baja en nombre de convertir su financiamiento en una participación de capital en la reorganización de la aerolínea tan grande como sea posible».
Ni Delta ni Aeroméxico se han postulado al respecto hasta el momento.
Los acreedores también señalan que Delta esperó siete meses para notificar a Aeroméxico del acuerdo con Apollo, momento en el cual Aeroméxico ya estaba avanzado en su plan de reorganización.
«¿Existe un conflicto para Delta, ya que está alineado económicamente con Apollo, para abogar por la valoración de acciones más baja posible?» señalaron los acreedores en una carta enviada el 9 de diciembre a las juntas directivas de Delta y Apollo.
Dentro de los acreedores se incluyen a Invictus Global Management, Corvid Peak Capital Management y Hain Capital Group. Invictus tiene reclamaciones contra Aeroméxico por un total de alrededor de $17 millones de dólares mientras que Corvid ha reclamado $8.4 millones y Hain ha reclamado alrededor de $15.8 millones.
«¿Cómo puede Delta, como miembro de la junta de Aeroméxico, cumplir con sus deberes fiduciarios para maximizar el valor en beneficio de los acreedores de Aeroméxico cuando es claramente económicamente adverso para los acreedores a los que se supone que debe servir?», concluyó la carta.