Hoy por la mañana hora de Londres, se celebró la reapertura de los viajes entre el Reino Unido y Estados Unidos con un despegue sincronizado y paralelo desde Heathrow, siendo este un hito y un evento particular en la terminal aérea inglesa.
Las conversaciones entre el proveedor de servicios de control de tráfico aéreo, NATS, Heathrow, British Airways y Virgin comenzaron en mayo de este año con la esperanza de una reapertura de las fronteras a los viajes internacionales en Estados Unidos. Si bien eso no sucedió, los planes se mantuvieron pendientes hasta que quedó claro que las cosas se estaban moviendo en una dirección positiva.
Para los reguladores y operadores en Reino Unidos tenían dos prioridades, por un lado asegurarse de que se pudiera hacer de forma segura y por el otro averiguar cómo hacerlo en perfecta sincronización, con ambas aeronaves comenzando a rodar por la pista y rotando, es decir, despegando, al mismo tiempo.
Trabajando con los equipos de planificación de vuelos de las aerolíneas, se comenzó analizando el tiempo de despegue requerido ¿Cuánto tiempo necesitarían los pasajeros para pasar por seguridad? ¿Cuándo se cargaría el equipaje y el catering? ¿Qué puertas se estaban utilizando? ¿Cuál sería el tiempo probable de taxeo? ¿El peso de cada avión? ¿Qué punto de entrada a la pista funcionaría mejor? Todos esos factores debían calcularse y tenerse en cuenta.
Dado que el plan requería una salida a las 08:50 hora local, se acordó que el retroceso y encendido de las aeronaves debía realizarse a más tardar a las 08:20 para dar tiempo a que ambos aviones estuvieran alineados y listos para partir.
Por lo general, cada pista está a cargo de uno de los dos «controladores aéreos», uno de los cuales se encarga de las llegadas y el otro de las salidas. Con una brecha de siete minutos en las llegadas creada por expertos por el equipo de Control de Terminal en Swanwick, ambos controladores aéreos asumieron las responsabilidades de salida; uno para el vuelo BAW1 en la pista 27R, el otro para VIR3 en la pista 27L.
Una vez que ambos aviones estuvieron alineados, los pilotos recibieron la autorización estándar para el despegue, pero con una adición muy inusual. A ambos se les dijo que «esperaran el comando de rodaje» … antes de que se diera simultáneamente la instrucción final de «3, 2, 1, ahora».
Las pistas de Heathrow tienen «solo» 1,414 metros de distancia de separación, lo que es demasiado cerca para poder hacer salidas paralelas fuera de condiciones climáticas y visuales muy específicas. Los controladores deben confiar en lo que se llama «separación reducida en las proximidades de un aeródromo» para garantizar que las aeronaves permanezcan separadas de manera segura mientras salen del aeropuerto, y afortunadamente hoy el gran clima británico estaba jugando a favor.
Una vez que ambos vuelos estaban en ascenso, al menos a 3 millas náuticas de distancia y en rutas claramente divergentes, los pilotos fueron entregados al equipo en Swanwick para continuar su viaje hacia el Atlántico y, en última instancia, al aeropuerto JFK de Nueva York.
Al final, todo salió completamente según lo planeado, testimonio del increíble trabajo en equipo de todos los involucrados, y eso sin siquiera mencionar que la torre también estaba trabajando con un helicóptero de medios que volaba alrededor del aeródromo al mismo tiempo.
