Los pilotos del operador de bajo costo canadiense y el tercero más grande del país, Air Transat, han aceptado un nuevo contrato de trabajo, lo que les abrió el camino para regresar a las cabinas de vuelo cuando la aerolínea reanude el servicio, ahora programado para el 30 de julio.
El sindicato de pilotos de la aerolínea, Air Line Pilots Association, International (ALPA), dijo este 12 de julio que el 87% de los miembros de Transat con derecho a voto aceptaron el acuerdo.
“Debido a la pandemia de COVID-19, las restricciones de viaje globales y una negociación prolongada entre el gobierno y nuestro empleador para asegurar la asistencia que tanto necesitan, este último desarrollo es una señal positiva para nuestros miembros y para todos los canadienses de que el regreso a la normalidad se encuentra más cerca de lo que ha estado desde el comienzo de la pandemia”, informó ALPA sin proporcionar detalles sobre el nuevo contrato.
“Ya han comenzado los primeros llamados a pilotos para que inicien su adiestramiento, ya que la reanudación de vuelos sigue aumentando con cada paso hacia la flexibilización de las restricciones de viaje”, añadió el sindicato canadiense de Air Transat.
Air Transat, la tarcera aerolínea en Canadá detrás Air Canada y WestJet, efectivamente cerró sus operaciones en enero de este año debido a que las restricciones de viaje en el país hicieron que fuera casi imposible operar. En junio, el especialista en paquetes de vacaciones con sede en Montreal dijo que perdió $69.6 millones de dólares canadienses ($57.5 millones de dólares) en el segundo trimestre del año fiscal, que finalizó en abril, y registró solo $7.6 millones de dólares canadienses en ingresos durante el mismo período.
En enero, el gobierno canadiense pidió a las aerolíneas que suspendieran temporalmente los vuelos a las playas del sur y destinos turísticos en Estados Unidos, México y el Caribe, lugares populares entre los canadienses durante los largos inviernos del país. Ese movimiento devastó el negocio generalmente lucrativo de las vacaciones de primavera de las aerolíneas, y Air Transat recibió un golpe particularmente catastrófico.
También en enero, el gobierno canadiense requirió que los viajeros aéreos entrantes se pusieran en cuarentena en hoteles aprobados durante al menos tres días después de la llegada bajo su propio costo.
Ese requisito de cuarentena de hotel se levantó el 5 de julio para los repatriados vacunados a favor de un protocolo de prueba más rígido y cuarentenas domiciliarias más cortas, ya que el país comenzó a tomar medidas provisionales para reabrir. Pero hasta ahora, solo los ciudadanos y residentes permanentes pueden llegar a Canadá.
En abril, Air Transat dijo que había llegado a un acuerdo para pedir prestado al gobierno hasta $700 millones de dólares canadienses para hacer frente al impacto financiero que continúa dejando la pandemia. A principios de mes, Air Canada dijo que había asegurado $5.9 mil millones de dólares en fondos del gobierno federal.
Las aerolíneas han estado exigiendo un camino claro hacia adelante y un plan de reapertura integral, pero el gobierno del primer ministro Justin Trudaeau ha publicado pocos detalles sobre cómo espera volver a la normalidad.
La frontera terrestre pacífica más larga del mundo, entre Canadá y Estados Unidos ha sido sellada efectivamente para viajes no esenciales desde marzo de 2020. Está programada para abrirse el 21 de julio si los gobiernos no aceptan prorrogar nuevamente el plazo.
En mayo, el director ejecutivo de Transat, Jean-Marc Eustache, se retiró de la empresa y la directora de operaciones Annick Guerard lo reemplazó en ese cargo. Desde entonces, Guerard se ha unido al llamado junto con otros ejecutivos de aerolíneas canadienses quienes piden al gobierno que relaje las reglas de viaje impulsadas por la pandemia del coronavirus sin tener hasta el momento éxito.