La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emitió la noche del pasado 23 de febrero una Directiva de Aeronavegabilidad de Emergencia (AD) en la que cita a todos los operadores de aeronaves con motores Pratt & Whitney PW4000 a revisar estos motores antes de cualquier otro vuelo a realizar.
Tras el incidente del vuelo UA328 el pasado sábado 20 de febrero, la FAA ha iniciado un proceso de investigación, pues los primeros reportes señalan que este incidente se debió a la fatiga en los alabes del motor PW4000, lo que provocó la destrucción de ciertos alabes, fuego en el motor y daño en la parte baja del fuselaje del B777-200 N772UA.
La FAA determinó que los operadores de aeronaves con los motores en cuestión deberán realizar un proceso de imagen térmica acústica (TAI) por sus siglas en inglés. Con esto se intentará identificar probables grietas en las alabes de titanio de la parte delantera del motor o ventilador (fan).
Este método es utilizado para observar secciones del motor que no pueden ser vistas en una inspección visual primaria.
La administración norteamericana recibirá los resultados enviados por parte de los operadores, con lo cual iniciará una investigación y emitirá una nueva revisión y modificará el tiempo de inspección de estos motores.
Hasta antes de esta nueva Directiva de Aeronavegabilidad, la FAA había determinado un intervalo de inspección de 6,500 ciclos para realizar una nueva revisión, sin embargo, este intervalo será modificado.
Tras el incidente, aerolíneas operadoras de estos motores como Japan Airlines y All Nippon Airways (ANA), al igual que United Airlines suspendieron temporalmente operaciones con aeronaves B777 con motores PW4000. Por su parte, Boeing señaló que actualmente se encuentran en activo 69 aviones de estas características, mientras que 59 se encuentran almacenados.