El pasado 4 de febrero, The Boeing Comapany envió a Alaska uno de sus cuatro B777X para iniciar pruebas en climas de temperaturas muy bajas como parte del proceso de certificación de esta aeronave. La compañía buscará probar ciertas partes de la aeronave y sus fluidos en temperaturas de hasta -30 grados Celsius.
De acuerdo con la aplicación digital de rastreo de vuelo, Flightradar24, la aeronave con registro N779XZ despegó del Aeropuerto de Boeing Field (BFI) en Seattle, Estados Unidos con destino hacia el Aeropuerto Internacional de Fairbanks (FAI) en Alaska bajo el número de vuelo BOE4.
Se espera que en este tipo de pruebas se conozca la afectación que tendrían ciertas partes de la aeronave cuando se someten a temperaturas por debajo de los ceros grados, pues en ocasiones algunas piezas tienden a contraerse, mientras que algunos fluidos podrían ser más viscosos de lo habitual lo que podría generar un problema en sistemas hidráulicos.
De acuerdo con medios cercanos al fabricante norteamericano, la compañía probará los sistemas de la aeronave en temperaturas bajas, realizará pruebas de despegue abortado, comportamiento de la Unidad de Auxiliar de Potencia (APU) y comportamiento de las reversas de los motores en condiciones de nieve.
Además se dejará la aeronave completamente apagada por un periodo de más de 24 horas para posteriormente iniciar el arranque de la aeronave para así poder recabar información sobre un arranque en temperaturas heladas.
A inicios del mes de febrero Boeing anunció otro retraso en la producción y entregas de su nuevo avión B777X el pasado 27 de enero de 2021. Debido a la demora ahora estimada hasta 2023 desde el lanzamiento establecido anteriormente en 2022, los clientes de Boeing obtienen el derecho a retirarse de los contratos de venta.
Por lo que su cartera de pedidos podría reducirse hasta en 159 aviones, dejándola en 191 equipos para ser producidos.