Debido a la emergencia sanitaria provocada por el virus COVID-19, la industria aérea a nivel mundial se ha visto afectada de manera sin precedentes, reduciendo significativamente la demanda de vuelos, por consecuente una evidente reducción en los ingresos de aerolíneas y en este caso aeropuertos.
Los tres aeropuertos de la zona de Nueva York y Nueva Jersey, John F. Kennedy, LaGuardia y Newark han reportado una disminución de hasta el 97% de tráfico de pasajeros, esto comparado con el mismo periodo del año anterior, por lo que sus ingresos han sido críticamente afectados, por lo que la Autoridad Portuaria ha pedido al gobierno un rescate financiero por $3,000 millones de dolares.
La reducción el en tráfico de pasajeros es el resultado de la reducción de rutas internacionales, además de las restricciones de vuelo emitidas por el gobierno de Estados Unidos, incluyendo el cierre de fronteras en la mayoría de los países europeos.
Durante la celebración del Día de los Caídos en Estados Unidos en 2019, la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) reportó un total de 2.8 millones de personas viajando en todo el país en ese día festivo. Para el lunes 25 de mayo del 2020, la TSA reportó menos de 350,000 pasajeros. Únicamente 125 vuelos fueron programados en los tres aeropuerto neoyorquinos.
Según datos compartidos por la TSA, ha reportado que más de 500 de sus empleados federales han dado positivo por Coronavirus, registrando 207 casos positivos en los tres aeropuertos de Nueva York, siendo el más afectado el aeropuerto John F. Kennedy (KJFK).
La falta de ingresos pondrá en peligro los planes de expansión de infraestructura de los tres aeropuertos más importantes de Nueva York, lo que sería de primera necesidad ante una recuperación económica en la región, la cual aporta el 15% del PIB de Estados Unidos. al día de hoy la red de aeropuertos de Nueva York emplea a más de 8,000 personas.
