Por Memo Velázquez (memovan)
Todos los viernes suelen ser caóticos en la gran Ciudad de México, las avenidas se saturan, pierdes horas en el tráfico y si a esto le suman los días de pago o la lluvia, hacen que transitar por la ciudad sea un verdadero reto.
Pero este día iba a ser un poco más difícil para algunos.
En un movimiento social y político, un grupo de personas se manifestaron sobre la avenida Boulevard Puerto Aéreo, entrada principal hacia la terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) quienes cambiaron completamente este día para muchos usuarios, ya que dicha terminal quedó bloqueada para cientos de pasajeros quienes quedaron imposibilitados para acceder a realizar vuelos.
¿Cómo un tema social puede afectar tanto a cientos de pasajeros indirectamente?
Una vez más el AICM estuvo en boca de los medios de comunicación, pero no por sus problemas operacionales o por su saturación, esta vez no fue el protagonista de la historia, por el contrario, fueron quienes, en conjunto con las autoridades locales, trabajaron para proteger y auxiliar a los pasajeros que se vieron afectados por estos hechos, brindando atención y ayudándolos a llegar a las terminales correspondientes.
Lo que es de resaltar es cómo la urbanización se ha “comido” al AICM y que hoy se evidenció, poniendo una vez más sobre la mesa, el tema de la necesidad de un nuevo aeropuerto. Ya que es de vital importancia que la principal terminal aérea del país tenga garantizada su operación y seguridad, pero sobre todo sus accesos y conectividad sin importar los temas sociales como el de hoy.
El aeropuerto hizo lo mejor que pudo para trasladar a los pasajeros los cuales, en su mayoría, llegaban a la terminal 2 y usaban el Aerotren para poder llegar a la terminal 1.
Un Aerotren que, aunque dio su mayor esfuerzo, fue superado en capacidad, dejando claro que, ante una alta demanda, resulta insuficiente su operación.
Cientos de pasajeros y tripulantes hicieron fila de hasta casi un 1km para poder abordarlo, las personas ingresaban en bloques de 60 personas por viaje, que es aproximadamente la capacidad del Aerotren y que en un tiempo promedio de 8 minutos llegaban a la terminal 1 y viceversa.
El AICM se está quedando en el siglo pasado y como se sabe, su operación actualmente está rebasada y trabaja por encima del límite. Un aeropuerto que se encuentra en constante “peligro” ya sea por temas sociales como el de hoy o por condiciones meteorológicas y naturales, tales como los sismos de los años pasados, los cuales hicieron estragos en ambas terminales, en especial en la numero 2 donde son más notorios pues se mantiene con reparaciones constantes.
¿Hasta donde una tercera o cuarta terminal adicional podrá ayudar a resolver los problemas que hoy vive nuestro aeropuerto?
No creo que sean la respuesta y solamente será ponerle más “parches” a un problema que necesita una solución de fondo. Las terminales extras si darán unas cuantas posiciones de contacto, pero la saturación en las calles de rodaje y las demoras para despegues y aterrizajes estoy seguro de que seguirán.
Hoy un tema social puso en jaque a cientos de pasajeros que padecieron para llegar y no perder sus vuelos, en un fin de semana donde muchas personas salen de puente vacacional y el AICM era el medio para hacerlo.
¿Qué más tiene que pasar para que las autoridades se den cuenta de la necesidad de un nuevo aeropuerto?
Un aeropuerto con mejores vías de acceso y de comunicación. Que no importe quien lo construya pero que lo haga a conciencia y con la calidad que nos merecemos todos los mexicanos. Un aeropuerto completamente nuevo.
Me gusta soñar e imaginar cosas increíbles, cosas como que la entrada a nuestro país fuera sorprendente, así como todas nuestras tradiciones e historia y poder impresionar al turismo que llegue a nuestro país.
En fin, fue un viernes 13 de terror que suele relacionarse con Freddy Krueger o con Jack el Destripador y que es la antesala a la próxima noche de Halloween, pero para muchos pasajeros, hoy el terror fue llegar o salir en avión desde la Ciudad de México.
Espero no sea el principio de un caos aún más grande.