Por: Manuel Rivera
Para la nueva generación de pilotos volar fuera de México, en una aerolínea extranjera, es una opción latente que tenemos para nuestro desarrollo profesional. Migrar a China, medio oriente, Asia, son opciones de trabajo muy llamativas para los pilotos comerciales. Ya sea por gusto o consecuencia, dejar tus raíces e irte a emprender una nueva aventura requiere de mucho sacrificio.
Esta pequeña columna va dedicada a los pilotos y familias, que por cualquier situación tuvieran que dejar su hogar, su casa o incluso su familia por un trabajo en el extranjero.
Entiendo el valor y el sacrificio que implica tomar una decisión de ese tipo y se que no es fácil, lo entiendo porque me tocó vivirlo, desde un punto de vista diferente.
Mi papá es de los pilotos que tuvieron que dejar todo: Su casa, su familia, sus amigos para poder brindarle a su familia la vida por la que tantos años trabajó. Su historia es similar a la de muchos pilotos que dejaron todo para seguir volando.
Todo comienza el 28 de agosto del 2010, Mexicana de Aviación, cesa operaciones provocando que cientos de familias se quedaran sin trabajo de un día para otro. Como todo concurso mercantil los miles de empleados de Mexicana de Aviación esperaban que esto fuera temporal, se tenía fe, en que la primera aerolínea mexicana continuaría volando por mucho más tiempo. Pasaron semanas, meses, la situación no mejoraba y no había un panorama claro de qué iba a suceder.
Al cabo de unos meses algunas aerolíneas en crecimiento en Latinoamérica necesitaban instructores y pilotos para iniciar las operaciones de sus vuelos. Avianca, LAN, TAM, empezaron a abrir las puertas y junto con el permiso de las autoridades, se les pudo dar trabajo a unos cuantos pilotos mexicanos. Entre esas aerolíneas estaba Aerogal (Avianca Ecuador) que recientemente había incorporado aviones A320 a su flota.
Al ser contrataciones que se hicieron para poder entrenar a los propios pilotos de la aerolínea, llega un día donde tu trabajo ya no es necesario y se da paso los pilotos ecuatorianos tomen sus lugares en el A320.
Una vez que mi papá regresa de ecuador se cumplen alrededor de 18 meses del ultimo vuelo de Mexicana de Aviación, aún estaba viva la ilusión de que la “primera” regresaría. Pero pasaba el tiempo y no había noticias, solo rumores sin dar un reporte lúcido de la situación.
Un día platicando con mi papá, me dice que le ofrecieron trabajo nuevamente fuera de México, un País asiático, muy lejano, del que poco se sabe y no mucha gente conoce. ¿China? ¿India? ¿Vietnam?, Por más que decía nombres de países mis intentos por adivinar eran erróneos. Hasta que me interrumpe, me mira a los ojos y exclama.-“Hay una oportunidad de trabajo en Mongolia.”-
-“¿Mongolia?”-
Un país entre China y Rusia con temperaturas de hasta -40 ºC en invierno y +40 ºC en verano, un país tan remoto y desconocido, que fue retrato e inspiración de George Lucas para la saga de “Star Wars”. Siendo sinceros nadie tiene a Mongolia como su primera opción de país en el que a uno le gustaría vivir; incluso no creo que llegue a formar parte de esa lista.
Sin conocer el idioma, la cultura, con poca información del país, mi papá decide nuevamente emprender camino a lo desconocido, a un mundo completamente diferente. Sacrificarlo todo por darnos una mejor calidad de vida, dejarlo todo por darnos todo. Con sentimientos encontrados y miedo a lo desconocido emprende una aventura a las tierras de Genghis Khan.
Después de 24 meses que mi papá estuvo en tierras mongolas, con experiencias que van desde dormir en tiendas de campaña bajo los cielos perdidos, en las praderas aledañas de Ulan Bator, comer y probar caldos de leche fermentada de caballo, volar a países y ciudades muy diferentes, incluso llegó a volar desde Ulan Bator a Paris Charles de Gaulle, en un A319, un vuelo de más de 8 horas haciendo escala en Kazajistán. Fue momento de regresar a México.
Unos meses después de que termina su contrato en Mongolia, llega otra oportunidad asiática, ahora en una aerolínea de ultra bajo costo que comenzó a operar en Taiwán: Tiger Air Taiwán.
Nuevamente se tiene que adaptar a diferentes culturas y a un nuevo método de trabajo. En el 2015 comenzó esa nueva etapa y afortunadamente a la fecha sigue siendo comandante de un A320 en territorio oriental.
A casi 9 años de que la empresa en la que miles de pilotos mexicanos se formaron y crecieron cesara operaciones, 9 años de que la primera aerolínea mexicana volara por ultima vez. Cientos de familias siguen batallando por poderle brindar esa calidad de vida por la que lucharon por décadas. Cientos de pilotos mexicanos están surcando cielos “exóticos” sin saber cuando regresarán a su casa nuevamente.
Los vuelos nacionales se quedaron cómo recuerdos, el volar con tripulaciones de gente exclusivamente de tu país es algo pasado. Las rutas saliendo de México, Guadalajara, Cancún son memorias que resuenan con nostalgia. La ilusión de que Mexicana de Aviación vuelva a volar, pasó de ser una ilusión a un simple anhelo.
Todos los pilotos que vivieron o están en una situación similar son motivo de admiración y ejemplo. El sacrificio que hacen por el bienestar de sus familias, el emprender aventuras a territorios desconocidos, el poner en alto la imagen de México. Su compromiso y sacrificio verdaderamente son modelos a seguir.