Por El Avionista
No vamos a hacer valoraciones políticas de nadie aquí, ese no es el propósito de este humilde blog dedicado a la aviación comercial, pero cuando nos encontramos aquí con decisiones de un calado que afectan a este maravilloso mundo, hay que hablar de ellas. Y encima cuando tenemos el binomio Trump y Boeing.
La semana pasada vimos como el gobierno de EEUU presidido por Trump prohibía la entrada en el país durante 90 días a ciudadanos de 7 nacionalidades: Siria, Libia, Somalia, Irán, Irak, Sudan y Yemen. No importa que tengan doble nacionalidad: si son originarios de alguno de esos países no pueden pisar suelo estadounidense.
Probablemente estemos ante al decisión más antiamericana de la historia en cuanto a aviación comercial se refiere. Si hay un país que ha demostrado que el libre mercado aéreo y el movimiento libre de pasajeros es beneficioso para todos es Estados Unidos, al cual le debemos mucho desde la desregulación de sus cielos en 1978. Es más, pocos países han hecho tanto por tener tratados de “cielos abiertos” con todo el mundo como Estados Unidos, que siempre ha preconizado la libre competencia entre aerolíneas desde y hacia su país.
Si echamos un vistazo vemos que Trump no ha sido un necio tampoco: todos y cada uno de los países “sancionados” podrían considerarse como estados fallidos y a ninguno de ellos vuelan las tres grandes aerolíneas americanas, lo que no quiere decir necesariamente que no se hayan visto afectadas puesto que obviamente hay numerosos ciudadanos de nacionalidad “baneada” que tenían reservados billetes con alguna de las “Big Three“. Delta de hecho sacó un comunicado prometiendo devolver el dinero a todos los afectados. Ni siquiera han sufrido los problemas de tripulaciones que han tenido aerolíneas como Emirates o Air France.
¿Y qué pasa con Trump y Boeing?
Si hay una empresa que debe estar que subiéndose por las paredes con esta decisión es Boeing. Hace poco supimos que finalmente Irán también iba a comprar aviones a los de Chicago. Varios 737s y 777s: un balón de oxigeno para la transición del 777 al 777-X. Pero con esta sandez de Trump decisión de Trump Irán ya ha prohibido la entrada de cualquier ciudadano americano a su país y lo que es peor: la compra de esos aviones a Boeing se podría ir a hacer gárgaras según esta historia del medio con más insiders en los pasillos de Seattle. Pocos analistas auguran buen futuro a la compra de casi 100 aparatos por parte del gobierno iraní y lo que es peor para los gerifaltes de Seattle: ese pedido podría cambiar de acera y llamar de nuevo a las puertas de Airbus.
¿Le haría daño a Boeing perder el contrato de Irán? Vamos a echar un vistazo a lo que supone el acuerdo alcanzado entre la compañía americana y el gobierno iraní. Tomamos las cuentas anuales de 2015 (las del año pasado todavía no las tenemos disponibles).
Si tenemos que el pedido de Irán asciende a 16,000 millones de euros (16 billions), si Boeing ingresase de golpe todo el acuerdo en un año el pedido de irán hubiese supuesto el 16% de los ingresos. Obviamente el acuerdo será tan alto, estamos hablando de precios de venta oficiales), pero nos da una idea de cuanto parné estamos hablando para las arcas de la compañía. Entre esto y el contrato del AF-1, Trump y Boeing van a terminar a tortas en menos tiempo del que pensábamos.
Lleva menos de dos semanas en el cargo y ya la ha liado parda. Por el bien de todos en la aviación comercial: por favor Donald, estáte quietecito y no toques nada.