La gran aventura de volar en una escuela de aviación profesional

Por Santiago Rivas

Después de nuestra aventura por Atizapán, no pudimos evitar contactar a la Escuela de Vuelo AIRE para evocar nuestro primer vuelo en este maravilloso mundo de los pilotos estudiantes.

Nos dirigimos nuevamente al aeródromo Jorge Jiménez Cantú (JJC), al norte de la Ciudad de México, el famoso ”portaaviones” ya que tiene una pista corta de 1,470 metros y está ubicado sobre una meseta con un barranco en cada cabecera de pista.

Por fortuna nuestra, los amigos de AIRE, cuyo lema es “La Pasión de Volar”, estaban por realizar el vuelo inaugural de su nuevo Cessna 172, XB- OXF, que se integra a la flota de 15 aeronaves, pero antes de poderlo volar, nos mostraron sus renovadas instalaciones a las que recientemente  agregaron un segundo piso en busca de dar el mejor servicio a sus más de 350 alumnos.

Primero, conocimos su simulador PFC Cat. IV, un King Air donde los alumnos dispuestos a obtener su licencia de piloto comercial hacen prácticas de instrumentos. Una de las cualidades de este simulador es que está certificado para exámenes CIIAC (requisito para obtener la cédula profesional como Piloto Aviador).

PFC Cat. IV de la escuela de vuelo AIRE

Una ventaja que vemos en AIRE es que tanto sus hangares y salones para clases de teoría se encuentran en un mismo lugar, lo cual, ahorra tiempo y dinero durante el proceso de formación como piloto aviador.

¿Se acuerdan de la historia de Manolo? (aquí su historia) Pues, nos lo encontramos nuevamente, pero ahora con 150 horas de vuelo después y como todo un profesional nos invitó a volar en este nuevo avión de AIRE. La revisión exterior o “walk around” como se le conoce, es un procedimiento en dónde el piloto da un “último vistazo” a puntos claves del avión para detectar y corregir cualquier problema que pudiera existir, incrementando así la seguridad de la operación. Dicha acción debe realizarse en todas las aeronaves, ya sea un monomotor como un Cessna o un avión de aerolínea como un Boeing o Airbus.

 Este procedimiento consistió en verificar que los documentos del avión se encuentren a bordo, se bajan los flaps, verificar el funcionamiento de las luces del avión, checar la integridad del fuselaje, libertad de movimiento en estabilizador horizontal, verticale y alerones. Así mismo, se confirma el correcto inflado de las llantas del tren de aterrizaje, se hace una revisión para evitar la fuga de fluidos de los frenos, se revisa de forma visual y con el tacto la hélice, verificando su tamaño y que no tenga grietas o abolladuras, se verificala tensión y buen estado de la banda del alternador. Se revisa el nivel de aceite, se carga el combustible (42 galones) y posteriormente se drena cada tanque y el strainer para evitar que agua u objetos extraños entren al motor.

Un dato curioso es que el combustible que utiliza este tipo de aeronaves es el llamado Gas Avión cuyo octanaje es mayor que el combustible regular de un automovil aunque a veces se utiliza en carros de competencia. Su precio ronda entre los 24 y 26 pesos por litro.

Antes de emprender el vuelo, es esencial llenar el plan de vuelo con toda la información necesaria. Manolo nos enseño como se abre un plan de vuelo de escuela y una vez que la autoridad aeronáutica lo sella y da el visto bueno, ahora sí, ¡todos abordo!

Tras completar las listas de comprobación previas al despegue, nos alineamos en la pista 04/22, potencia al fondo, y despegamos. ¡Estamos EnElAire! Nos dirigimos con rumbo Norte, hacia los arcos del sitio a unas 15 millas náuticas de Atizapán en donde realizamos un par de virajes coordinados, ascensos, descensos, vuelo recto y nivelado para luego un viraje de 180° para regresar a Atizapán. El Capitán Manolo nos tenía una sorpresa, los famosos y bien estudiados toques y despegues donde nos presumió sus increíbles y frescas habilidades.

Después de algún tiempo alejados de los aviones de escuela y un tanto acostumbrados a los grandes jets, no podíamos más que sentirnos satisfechos y sorprendidos por las bondades de esta tan diferente aviación, donde el piloto controla cada aspecto y movimiento del avión. ¡Qué padres son los aviones de escuela! Y más cuando el piloto estudiante te da la certeza de qué es un profesional que destacará en ésta gran industria.

 Después de tres perfectas demostraciones, llegó el momento de hacer el aterrizaje completo, “libre aterrizaje 04 viento calma”, estamos listos.

Ya en tierra rodamos de vuelta al hangar 9 de AIRE; mezcla fuera y la hélice se detiene, hemos regresado de este increíble vuelo en el XB-OXF, siendo los primeros en conocer y volar al nuevo integrante de la flota de la escuela.

Nuevamente, estamos sorprendidos por como algunas escuelas realmente se empeñan en formar alumnos profesionales como Manolo. Ellos son el futuro de la aviación en México y el mundo; gracias AIRE por transmitirnos verdaderamente y en carne propia La Pasión de Volar.